lunes, 23 de diciembre de 2019

El mejor del mundo

Abc

    Lo ha dicho Zidane, y los piperos lo celebran batiendo sus alas iridiscentes de ángeles del madridismo: Guardiola, ganador de la Liga española con el Barça (de Messi), ganador de la Liga alemana con el Bayern y ganador de la Liga inglesa con el City, es el mejor entrenador del mundo, cosa que seguramente le haya asegurado su Visitante Nocturno.

–Jugué muchas veces contra él. Lo respetaba como jugador, y como entrenador es el mejor del mundo. Lo ha demostrado durante toda su carrera.

Palabra de Zidane, al que nadie aprieta; si lo apretaran, sería capaz de decir de Guardiola lo que Maradona anda por ahí diciendo de Di Stéfano. Ya saben: “Di Stéfano fue superior a todos, incluso a mí”.
   
    –Pelé no quiso reconocer a Di Stefano –insiste el Pelusa–. Sus amigos Pelé le inventaron un trofeo como leyenda viviente del fútbol. Pero a Pelé le gané hasta en Río por ser el mejor de la historia.

En el fútbol, como en la vida, que sea modesto quien no pueda ser otra cosa. Maradona se sabe el mejor de la historia, aunque sea detrás de Di Stéfano, que al ser otra época tampoco estorba nada. ¿Messi? “A Messi le dije cómo tenía que meter el pie en los tiros libres. Es amigo. El pibe viene, juega, no canta el himno y dicen que es catalán.” ¿Qué pensará Zidane de Maradona?

Bueno, pero ahora el enemigo no es Maradona, “el mejor jugador de la historia del mundo”, sino Guardiola, “el mejor entrenador del mundo de la historia”. ¿Tiene algo que hacer el Madrid de Zidane con el City de Guardiola? Uno cree que el que no tiene nada que hacer con el Madrid de Zidane es el City de Guardiola, pero tomando a Guardiola por el mejor entrenador del mundo, ¿quién sabe?

Con Guardiola no hubo nada, me gustan las mujeres –ha declarado Figo a la revista masculina del periódico de las elites… “saliendo al paso de rumores”. ¿Qué rumores? ¿Que Guardiola es el mejor entrenador del mundo? No, no, no: “Guardiola fue un gran amigo, una persona que me ayudó mucho. Mi compañero de habitación. Pero no hubo nada”. ¿Vacío? Según los griegos, no hay vacío, pues el vacío no es nada y lo que no es nada no puede ser, que aquí tiene el pipero material para pensar en lo que dura el parón invernal: Guardiola, Figo… y la nada.

En octubre del 61 un loco de la vida organizó en Beirut (Líbano), siendo embajador el arabista don Emilio García Gómez, una corrida de Toros, y contrató para lidiarla a Julio Aparicio, Juan Bienvenida y Juan García Mondeño. Al anunciarse el acontecimiento, un joven libanés escribe una carta al presidente del país para solicitar permiso para bajar al ruedo a torear, dado que no tiene otro deseo en la vida que morir en los cuernos de un toro, y la respuesta presidencial es que lo encarcelen. El resumen del festejo en la prensa local fue: “Los toros no son tan salvajes ni carnívoros como creíamos”. “En Beirut, han luchado tres españoles contra seis toros. El resultado ha sido la muerte de los toros, por supuesto”. “La fiesta, grandemente aparatosa e impresionante, ha suspendido el aliento de los espectadores, sobre todo cuando los toreros desafiaban de rodillas a los toros enfurecidos. Los banderilleros han conquistado la admiración general”.

Pero los toreros no cobraron, lo cual, contado por Julio Aparicio, tiene bastante gracia. Las cantidades prometidas eran escandalosas, pero la noche de irse se presentaron en las habitaciones de los diestros unas damas, y a continuación, la policía, acusando de escándalo, “delito” que podía pasarse por alto si renunciaban a sus honorarios taurinos. Al salir todos al pasillo, en medio del jaleo pudo verse que a Aparicio y Bienvenida les habían enviado damas postulantes, pero a Mondeño, caballeros igual de postulantes que las damas, y así es como supieron de los gustos del gran Mondeño, el torero que sería fraile.

Sabemos, por Zidane, que Guardiola es el mejor entrenador del mundo, y por Figo, que entre Figo y Guardiola “no hubo nada”. Pero la trascendencia pública de Guardiola no es deportiva, sino política, y ahí Figo, que siempre fue un tipo de los más inteligentes que hemos visto en el fútbol, pone a todos en su sitio:

    –Les han prometido algo, pero nunca lo van a llevar a un fin. Soy extranjero, prefiero no opinar. Yo tendría la solución, pero no me compete. Mejor no hablar de política.

En cualquier caso, la versión oficial, que viene de Carlin, es que el tabarrón catalán es culpa de Mourinho.

Areneros de Beirut

CABALLO GRANDE

    Ande o no ande, caballo grande. Y lo que vale para los caballos, vale para los coches. Ramos se llevó el coche oficial más caro, y Zidane, el más barato. No sé si valdrá aquí el “dictum” de Robert Moreno, el ex cerebro de Luis Enrique: “Es agradable ser importante, pero más importante es ser agradable”. Pero ayudará con la estética de los jugadores conocer la lista de sus caprichos automovilístico: la abren Ramos, Carvajal y Lucas Vázquez y la cierran Zidane, Courtois y Benzemá, que sienta la cabeza con la edad (va para la de Cristo) y se trabaja una “renovación honesta”, en jerga del “As”, donde Hebrero San Martín nos enseñó que lo honesto tiene que ver con las cosas de cintura para abajo. Ande o no ande.