domingo, 5 de octubre de 2014

Los muertos y las muertas. José Martínez Ruiz, Azorín



JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ AZORÍN
1873-1967

Perfecta ecuación entre el hombre y el estilo, Azorín fue el gran silencioso. Una vez dijo: “Es muy importante ir al extranjero.” Él, todas las tardes, fue al cine (“americano, por los actores”). Anarquista con paraguas rojo. Se levantaba de dormir a las 2 o 3 de la madrugada. Clave de su estética: “Colocad una cosa después de otra. Nada más. Esto es todo.” Juan Ignacio Luca de Tena contó cómo, si entraban juntos en el despacho de su padre, el fundador de ABC, intacto desde 1896, Azorín, aislado en un rincón, acababa llorando. Después de sesenta y un años en la Casa, aquella estancia era para él su juventud perdida, su madurez gloriosa. Marañón explicaba la longevidad azoriniana por la parvedad de despilfarros vitales. “¡Cuánto tarda la muerte en llegar!”, dijo en su agonía. Poco antes de morir, pidió agua. “Señor, dame un momento de reposo –terminaba su Oración del poeta–; tengo en mi espíritu un profundo cansancio.”

IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)