Marian Viñas
Me llamó la atención este cuadro en mi reciente visita a la exposición Sorolla y Estados Unidos, muestra imprescindible del valenciano que puede verse estos días en la capital, en la Fundación Mapfre...
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[¿Acaso creéis que Picasso y la joven pintura española de París no son sorollistas? Mucho más de lo que creen ellos y los críticos. Picasso sigue teniendo la obsesiva del color y de la materia. La glorificación de la materia en pintura -que es el superrealismo- procede de Picasso. Y a lo largo de estas escuelas españolas que, si en Sorolla se meliflúan un poco y se hinchan de retórica pictórica, llegan a otro valenciano genial, superior a Murillo y a ratos a Velázquez: Ribera. Hombre que pinta sombras y pardos como con pólvora y excrementos. Hombre pintor que -a mi modo de ver- es el único antecedente serio, mucho más que Zuloaga -vasco un poco chanchullero de la pintura- y que el Greco, de José Solana.
Ernesto Giménez Caballero - Trabalenguas sobre España, 1931]