miércoles, 23 de enero de 2013

Pedro y el obispo

 Con sudadera verde, colegueando en un perol

 Su frase para la eternidad

Con abrigo de concejal

Francisco Javier Gómez Izquierdo

El obispo Demetrio, vicario en Córdoba, no puede  decir palabra sensata sin que se alborote el corral ajeno, pues dirigiéndose a los suyos incomoda de continuo a esos comisarios que tiene apostados la ignorancia en la diócesis para recriminar cualquier pensamiento.

    El obispo Demetrio hizo el día de Reyes un discurso alabando a la familia tradicional, que ha sido siempre la querida por la Iglesia de Roma, y se permitió dudar de la ideología de género sin meterse en honduras filosóficas... pero los centinelas tocaron alerta... y ardió Troya. Dimos cuenta en Salmonetes... de la proposición del portavoz de la Junta de mercar un bozal para monseñor. Las jefas de las lesbianas, que si patatín; los colectivos gay -entes con subvención-, que si patatán; mientras el progresismo consistorial -bastión democrático de la izquierda hasta antier- pedía un pleno urgente para reprobar al “ministro del Papa nazi”.

    Pensaba un servidor que la cosa ya amainaba, pero el obispo Demetrio, incomodado, supongo, ante tanta necedad, pidió un debate público con aquellos que había ofendido para que cada cual se explicara democráticamente y a ser posible sin insultar... y entonces habló el que faltaba. Digo habló... porque a este mozo le tenía yo visto picoteando en los peroles de las  peñas del Córdoba, de acompañante del alcalde en los saraos, de sombra de un presidente a sueldo que pusieron en el club después de arruinar todo lo que tocaba... y siempre calladito y tieso. En invierno con un abrigo prieto y en verano con polo comunista. Como el primer papa, se llama Pedro, y se apellida García, que es como dicen a los zorros en los Juarros y como todos los de su pelaje en Córdoba, ha encontrado acomodo  en la Junta de Andalucía haciendo de segundo de Valderas, ¡vamos! ¡De vicepresidente de vicepresidente!, ó una cosa así y que uno no sabe cual es su función. El caso es que el prenda ha hablado una vez y ha creído sentar cátedra:

     -Con tanta quina (?) a los homosexuales, ¿será que el señor Demetrio está agobiado en el armario?

          Se le puede perdonar la ignorancia de confundir la quina con la inquina, su natural vagancia, chupar del bote de la Administración  y comer gratis en perol ajeno, pero sería oportuno que sus jefes -o sus amos- le explicaran el significado de ciertas palabras y que sólo hable para decir amén. Como ha hecho siempre.
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A la atención del tal Pedro García...


...este documental de Néstor Almendros



Ernesto Guevara sorteando en 1965 la represión franquista
para colarse en Galerías Preciados de Madrid