domingo, 16 de septiembre de 2012

Elena Cortés, la Gordillo urbanita

Don Diego, Vicepresidente de la Junta,
 y Doña Elena, Consejera de Fomento y Vivienda 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Entre la cuadrilla que vive y manda en la Junta de Andalucía principescamente, razonando como bestias y sin otros méritos que hacer pandilla desde joven, nos encontramos a una cordobesa joven, llamada Elena y apellidada Cortés Jiménez.
 
De ella ya dimos cuenta en Salmonetes... cuando fue nombrada Consejera de Fomento y Vivienda por el señor José Antonio* Griñán -Pepe, para Rubalcaba-, en pago a la complicidad debida con el ala comunista de Izquierda Unida, sorprendiéndome que la insensata concejala que fue en el Ayuntamiento cordobés llegara a tanto con sus procederes.

Doña Elena y una coleguita suya apellidada Candelario, también concejala agazapada tras aquella sirena que entonteció los oídos de la ciudad de los califas, siendo ya ediles -mejor, edilas- iban de botellón al barrio de Ciudad Jardín y ante las protestas vecinales aportaron la inteligente solución de que “...si les molesta a ustedes, cambien de barrio”. Doña Rosa Joaquina (Aguilar) las debió reñir un poquito, pues a los pocos días la Candelario malbarajó unas disculpas que olían a falsedad y trámite.
 
Los vecinos de Córdoba comprendimos que los disparates de Doña Rosa Candelario no eran nada al lado de la mala educación y el cerrilismo de Doña Elena Cortés y Jiménez, cuando un Domingo de Ramos puso carteles de mal gusto e hizo sonar una sirena de bomberos desde su balcón al paso de la Hermandad del Huerto.

-¡¡Baja aquí, cobarde!!

La desvergonzada no bajó, y a pesar del disgusto, Doña Rosa Joaquina permitió que la jovencita siguiera encargada de la Educación y la Infancia cordobesas. Ella dice que ha hecho Sociología (una cosa que uno no sabe para qué sirve) por la UNED, pero lo cierto es que empezó su carrera política pasados los 90, con 18 o 19 años, afiliándose al PC y colocándose de telefonista con buen sueldo en las mesas que correspondían a IU en la Diputación. Se acampana llamando al Rey “ciudadano Juan Carlos”, y bendice a Fidel Castro entre mojito y mojito del rincón cubano. Consejera de Fomento y Vivienda no hay andaluz que sepa de las tareas que se ocupa. Los sevillanos se han enterado que tiene mando porque ha paralizado las obras del Metro en la ciudad... por ser pepero, y el resto de andaluces “la siente hablar patochás”, como cuando defiende los asaltos de Gordillo “....porque llevarse 200 euros de un supermercado no es robar”.

Es Consejera y se siente ministra como su colega Mar Moreno. Tiene poder. Ha vivido siempre de los Presupuestos. La pagamos los ciudadanos. Ella está convencida de que los bienes de Andalucía le pertenecen y por eso permite que los cojan gratis total los que la vayan a votar... Lleva veinte años convencida de ser necesaria... y lo que es mucho peor... de ser sabia. Por algo se encargó de la Educación cordobesa. Ahora manda en las casas y construcciones de Andalucía. Como buena comunista la gusta coleguear y se ha dejado ver entre los “okupas” de la Corrala de la Utopía, una Marinaleda urbanita. El territorio de Doña Elena. Para las cosas del campo, ya está su compadre -¿o mejor camarada?- Gordillo.
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*Así bautizado en homenaje al fundador de Falange

Pintadas en las callejas cordobesas