José Ramón Márquez
Madrid ya se va aclarando. En estos tiempos de zascandiles, Madrid no podía ser menos. Lo primero nos van a obsequiar con unas novilladas de “encastes minoritarios”, que no sé a quien se le habrá ocurrido el nombrecito de marras, como aperitivo para la juampedrada que nos espera. Bueno, si la cosa es como se dice, veremos novillos de Concha y Sierra, con divisa gris plomo y blanca, y eso es ya en sí mismo una buena noticia, que ver en Las Ventas la ce y la ese es un placer ya casi olvidado.
Por lo demás, según me cuenta mi amigo el monosabio, en las tripas del negocio todo va tal y como se podía esperar. Por un lado parece ser que el tripartito venteño, y particularmente Simón Casas, quería poner de gerente de esa olla de grillos al hermano de un conocido periodista taurino, famoso por los tacos que suele soltar en su folio, pero la sagacidad de Abella, a quien todos sus conocidos llaman Abeya, alertó de lo inconveniente de dicha elección por la sospecha permanente de la afición sobre las ciertas o imaginadas connivencias entre la pluma, la espada -el estoque sería lo suyo- y las generosas empresas.
Emociona comprobar la docilidad de la Empresa a la que quizás deberíamos llamar holding empresarial, adjudicataria con todo derecho de una concesión, ante las palabras de Abeya. Es cosa que no deja de sorprender, pues es raro en estos tiempos nuestros en que parece que todo el mundo va a lo suyo, que haya tal solicitud del representante de la cosa pública preocupado por las formas y por la mujer del César tanto como la manera tan versallesca de atender las demandas del servidor público por parte del holding empresarial que gobierna la sarcásticamente denominada ‘primera plaza del mundo’. Bueno, en resumen, que ante las razones del agente externo Abeya, se esfumó el hermano y apareció otro hermano, el del Yiyo, que es el que al parecer se va a ocupar de la gerencia con el placet del ofidio Abeya. Estaba escrito que había de ser un hermano.
Por lo demás, la cosa sigue cansinamente su deriva. Los cinco ganaderos que se empeñan en hibridar el toro de lidia con el charolais, los favoritos de los toreros del trust conocido por G10, Cuvillo, Fernando Domecq, Zalduendo... se han constituído en grupo de presión al que si no fuera por lo fácil de la rima llamaríamos con ahínco el ge cinco. Al parecer se quieren empatar con los hermanitos mayores, los coletas de la Jindama TV, para ver si les cae algo de la pedrea televisiva, que a estas alturas en este cansino cuento de la lechera televisiva ya no hablamos de una lechera, sino de la Central Lechera A...
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Por mantener la llama encendida traeré de nuevo a colación a José Tomás, que desde que fue padre no se sabe de él otra cosa que lo del III Prestigioso Premio Paquiro (PPP). Ni una noticia sobre sus intenciones. Como hay que mojarse y, si acaso equivocarse, yo apuesto a que este año será de barbecho para el ciprés pétreo y de sequía para sus creyentes, pero que al final de la temporada se encontrará la forma para darle su IV PPP, aunque no haya dado un solo capotazo, que para eso se creó el prestigioso premio de marras.