miércoles, 27 de octubre de 2021

Los butaneros


Alex Saab

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    A García le pusieron “Butano” porque una tarde de lluvia en Burgos salió vestido de bombona a hacer periodismo en la banda de “El Plantío”.
    

Al ver ahora las imágenes de Alex Saab, asesor de Maduro, “desesposarse” vestido de butanero en una corte penal de Miami, todos hemos pensado que otro asesor de Maduro es Zapatero, un exégeta de Borges que viene de definir, sonriente, el socialismo:
    

–Ser socialista es tener muy poco y estar dispuesto a dar mucho.
    

Lo que haya entre poco y mucho, que parece bastante, es lo que uno debe procurarse en la selva de la política. Volvemos a Octavio Paz: guardar oro es atesorar vida (sol) y retener el excremento; gastar el oro acumulado es esparcir vida. Hay, dice, una suerte de “combinatoria” de los signos centrales de cada civilización, y de su relación depende el carácter de cada sociedad. Zapatero es la España que sonríe.


    –Baudelaire lo descubrió mucho antes que Freud: la sonrisa y, en general, lo cómico, son los estigmas del pecado original.
    

El periódico de las elites se engorila con Coldplay, que amenizó el bodorrio de los Gates sin engancharse a la luz porque sesenta ciclistas (¡las galeras de Quinto Arrio en “Ben-Hur”!) pedalearon para darles voltios. Pero pongamos, objeta un tuitero, que tuvieran sesenta clones del mejor Indurain: “60x500= 30.000W =30KW. Méame en la cara, si quieres, Coldplay, pero no me digas que llueve y que con 30KW te da para el sonido y la iluminación de un concierto”.
    

Es “el surrealismo”, dice Zapatero, que ha sido para España, más que una consecuencia poética, una conclusión política, como vio Gecé en su “Valor superrrealista y poético de los guardias de seguridad”, y como vemos en el indulto parlamentario al diputado Rodríguez, que pateó a un policía. Después de todo, el superrealismo prescribía, en versos y logaritmos tipográficos, aniquilar el materialismo, exaltar el confusionismo y combatir a la policía.
    

El superrealismo huele a farsantería cuca –avisaban en la entradilla los editores de Gecé.

[Miércoles, 20 de Octubre]