lunes, 11 de octubre de 2021

El órsay

 

Barça de Luis Aloy 74/75.
Castell, Sánchez, Corominas, Nicolás, Moré, Olmo /
 Rusky, Macizo, Botella, Durán y Fortes


Francisco José Gómez Izquierdo

      Si no entendí mal, cuando se fundó esta Liga de las Naciones se presentó con la intención de acabar con los amistosos que tan poco interés despertaban en televisión y tanto lesionado devolvían a los clubes que pagaban los saraos. A servidor le parece un torneo que aspira a ser el trofeo Carranza de selecciones, cuando el Carranza era el Carranza y los grandes equipos rivalizaban por ser invitados. Fue, hasta no hace tanto, el torneo de torneos entre clubes.
    

Reconozco que la liga de naciones de esta semana nos ha dado muy buenos partidos. A la televisión le han salido vistosones y emocionantes los encuentros. Francia, que había hecho una Eurocopa inimaginable teniendo en cuenta su poderío explícito, comenzó cada una de sus dos interpretaciones, tanto en la semifinal ante Bélgica como contra España en la final, con las sensaciones decepcionantes del verano. Deschamps es un tío táctico, contemplativo, amarrategui en nuestra parla, que cuando le marcan un gol, quita el bozal a sus fieras y los suelta a su libre albedrío y ahí, en el fragor de la montería no hay dentelladas más mortales en el mundo que las de la Francia actual, a mi parecer. En el parecer de todos los aficionados Bélgica y España fueron mejores que Francia, pero ¡amigo! Benzemá y Mbappé son capaces de convertir en justo lo que puede parecer injusto.
    

El guión para televisión del torneo no lo hubieran escrito mejor los que han hecho lo del Juego del Calamar que leo es serie que está enloqueciendo al personal. Como en las películas de toda la vida, los franceses, en teoría "los buenos", ante sus dos rivales han empezado recibiendo- contra Bélgica pareció que sucumbían-, pero como si las heridas los hicieran revivir y desembarazarse de las ataduras del míster, la reacción fue terrible y demoledora. Claro está que la respuesta al gol de Oyarzábal para España vino infectada por la subjetividad de la peste del VAR, artefacto que se inventó para que no se repitiera la sublime picardía de Maradona ante Inglaterra o el error garrafal del gol de Henry ante Irlanda que llevó a Francia a Suráfrica..., pero ¡¡qué gol el de Benzemá!!.
   

Una de las primeras palabras que aprendí del inglés -en los marianistas de los 60 dábamos francés- son míster y órsay. Ya crecido me enteré que míster no significaba entrenador y que órsay se decía fuera de juego en español. El órsay como el córner permaneció en el vocabulario balompédico hasta no hace mucho y el día que más veces se repitió en El Plantío fue contra el Barcelona B de Luis Aloy al que acusaron de traer el antifútbol por jugar con la defensa pegada a la línea del centro del campo. Era una táctica defensiva muy trabajada para anular al contrario desnudando sus atacantes. Ya digo que tuvo muchas críticas. Años después llegaría Sacchi con aquel Milán sensacional a hacer buenos los principios defensivos de Luis Aloy a base de entrenar el órsay al ritmo que marcara Baresi, al que ni Olmo ni Sánchez se parecían.  Bien, ese concepto que uno aprendió de la regla 11 cuando en el momento de pasar el balón al atacante, éste está en fuera de juego si no hay más que un defensor o ninguno entre él y la línea de meta, lo destrozaron anoche los nuevos colegiados del VAR inventando una curiosa teoría sobre lo que significa que el balón venga de un contrario. El sistema de Luis Aloy y Sacchi se rompía con balones a la espalda y delanteros rápidos. El VAR se lo hubiea cargado mucho antes. Hoy ya no se sabe lo que es penalty... y tampoco lo que es fuera de juego. Un capricho informático exento de gloria y épica ha dado un título que avergüenza a los que vimos jugar a Maradona, pero es que somos "los otros" y nos consolamos viendo al Córdoba, golear encima, en un fútbol sin VAR. De tercera categoría, pero sin VAR.
    

España, bien. No tenemos gol, pero bien. Diría, que hasta muy bien.