lunes, 28 de octubre de 2024

El fuera de juego


Primera alineación del Burgos 75/76 ante el Barça B



Luis Aloy. El precursor táctico de Sacchi y Flick



Barcelona B. 1975. Castell, Sánchez, Corominas, Nicolás, Moret y Olmo / Rusky, Macizo, Botella, Durán y Paco Fortes


   Francisco Javier Gómez Izquierdo


    Sé que a veces me lío con los sucedidos de la época dorada del Burgos, pero hay uno que me impactó y lo recuerdo perfectamente. Lo comentaba con mis amigos burgaleses antes del Madrid-Barça del sábado a cuenta de ese arte de provocar el fuera de juego en los delanteros rivales.


   El primer partido de liga de la 75-76 en Segunda fue un Burgos-Barça Atleti; al Burgos lo entrenaba Lucien Müller, todo un señor que anda en los 90, y al Barça el difunto Luis Aloy, preparador que aplicaba en el filial con entusiasmo y milimétrica ortodoxia las explicaciones de Marinus Michels en el Barça grande. Fue el glorioso año del ascenso y la consagración de Juanito. Recuerdo el partido por la desesperación de ver caer continuamente en fuera de juego a Viteri, Juanjo, Machicha, Adzic... Juanito, no. Juanito estaba en el campamento militar y no jugó, pero debutó Kresic -un Schuster antes de Schuster al que Miljanic iba a ver jugar por placer-. Müller, al ver tan buen pelotero, lo puso de titular y eso que había llegado el miércoles o el jueves de esa misma semana y el tío marcó el gol burgalés*. Aquello quedó empate a uno. Para asegurar los datos he ido a mi Internet particular, pero aquel protagonismo del fuera de juego hizo que lo asociara por siempre a Luis Aloy y así lo tuve presente cuando Arrigo Sacchi lo paseó por Italia y toda la Europa con su Milán. ¡¡Lo que pudimos renegar aquella tarde al salir de El Plantío por la maniobra que creíamos amenazaba al fútbol!!  Luego vimos que para poner en práctica "eso" había que estar muy concentrado y muy bien coordinado y que el entrenador capaz de hacer asimilar y conjuntar movimientos tan precisos de todos los jugadores podíamos considerarlo más que catedrático.


  "¿Cómo contrarrestar la táctica de Flick?" preguntábamos los amigos burgaleses por teléfono el sábado por la mañana. Apuntó servidor: "Pues Mbappé y Vinicius en su propio campo a dos centímetros de la línea del centro o marcando a los laterales Kounde y Balde y cualquier pelota robada lanzarla o despejarla a espaldas de las defensa catalana y... a galopar en busca de esas pelotas". "Eso se dice muy fácil, pero no es tan sencillo", señalaron mis amigos. Cierto, no es tan fácil, pero igual ensayando... Vicente Moreno y Dani Pendin, pareja de entrenadores jornaleros que servidor estima, pusieron en práctica la simpleza y colaron cuatro a Iñaki Peña en El Sadar en el último San Miguel. Bryan Zaragoza vigilaba a Kounde y le echó unas pocas carreras que resultaron fructíferas a la par que vistosonas y elegantes.


   Hansi Flick nos ha demostrado que es un gran entrenador. Lo que ha hecho con un equipo que amenazaba depresión monumental es admirable y seguro que tiene plan B cuando le hagan correr en demasía hacia atrás. Sabe que su sistema táctico es peligroso, de mucho riesgo y más si hay liebres en el rival. Fue moda antaño y se guardó en el armario porque se empezó a hablar de táctica suicida. El mismo Flick tiene claro cómo atacar semejante defensa adelantada -ante el Bayern, sin ir más lejos, o la segunda parte del sábado con Rafinha buscando a Lucas-, y estoy convencido de que tiene el remedio preparado para cuando en Europa le busquen las cosquillas, o sea las espaldas. Sí. El Barça vuelve a garantizar espectáculo.


      De verdad, no me cabía en la cabeza que el Madrid en general y Mbappé en particular pudieran caer tan fácilmente en tantos fuera de juego.

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     *El gol del Barcelona B lo marcó Carrasco