lunes, 10 de septiembre de 2012

La batalla del ojo y el oído

-Como el hombre es, con toda evidencia, un animal óptico, la filosofía se ha construido tradicionalmente, siguiendo esta inercia, desde la preeminencia de la visión. Su vocabulario es, fundamentalmente un vocabulario óptico. Basta leer a Platón para comprobarlo en cada párrafo. Pero el hombre no es sólo un animal óptico. Es muchas más cosas. Merleau Ponty, por ejemplo, desarrolla toda una antropología de la carnalidad a partir de una hermosa fenomenología del tacto.  Explorando estas otras muchas cosas que es el hombre, Rorty se propuso, continuando un proyecto ya esbozado por Heidegger, desmontar el “oculocentrismo” filosófico. En gran medida la filosofía del siglo XX puede entenderse como una puesta en cuestión de la centralidad de la mirada y, por lo tanto, de la teoría.