sábado, 8 de septiembre de 2012

El Bolívar de Karl Marx

Simón Bolívar

Jorge Bustos

Falta un mes para las elecciones venezolanas y en estos bolivarianos momentos Hugo Chávez aventaja en 14 puntos de intención de voto a la oposición. Claro que Chávez usa las encuestas como usa la silicona cualquier cirujano plástico de Venezuela, pero todos los medios serios anticipan ya, salvo intervención divina o metástasis fulminante, la imagen del gorila chandalista aporreándose el pecho en la noche electoral para insomnio y tiritera del imperialismo yanqui, o eso creerán sus pobres votantes. Chávez es un Gila del trópico con programa y todo, pero se reputa hijo de Simón Bolívar y del socialismo revolucionario sin reparar en la semblanza del Libertador que perpetró Karl Marx, donde Bolívar queda retratado como traidor, cobarde, pésimo estratega, disoluto, soberbio, oportunista, llorón, sanguinario, chaquetero, vengativo, lunático, mentiroso, paranoico, despótico, fariseo, intrigante, inepto y amoral en definitiva.

En 1858, la Enciclopedia Británica encargó a Marx una entrada sobre el caudillo sudamericano en la confianza de que la acrisolada condición de burgués anglófilo que acreditaba el fundador del marxismo garantizaba la ortodoxia de la pieza. Y así fue. La edición bonaerense de 1959 que me ha pasado Márquez ofrece un prologuito de un tal López Montenegro que, imbuido del fervor guevariano de aquellos años, manifiesta todo el desgarro fratricida que experimenta la groupie más abnegada al presenciar en el camerino una pelea entre Mick Jagger y Keith Richards:

Marx bosquejó un Bolívar que si puede ser verdadero por lo que dice, es una monstruosa deformación por lo que calla. No vamos a hacerle el agravio a Marx de atribuirle el pensamiento despectivo tan común en Europa en el siglo XIX hacia Sudamérica: “Para juzgar al héroe de estos pobres diablos sudamericanos no es necesario el marxismo. Con la moral basta”.

Espiguemos a continuación algunos párrafos escasamente hagiográficos sobre el Libertador de Hispanoamérica, de trazo indudablemente marxista:

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