jueves, 2 de febrero de 2012

¿Moda? Disparata y ponte serio


Jorge Bustos

Miré en el armario y no encontré ninguna prenda tasada sobre la barrera psicológica de los 200 machacantes, así que me resigné a cubrir la Pasarela Cibeles desde un punto de vista de advenedizo neto, ligeramente avillanado incluso, socialdemócrata en suma, carente de cualquier sofisticación.

—Ponte una camiseta negra y di que es vintage de Armani, que salen por 500 euros —me aconsejó una tuitera.

Sólo tengo camisetas negras de grupos de rock, así que elegí una de Jim Morrison, y encima una camisa a rayas y un jersey violeta que juzgué suficientemente aguardiolado y me metí en el metro hacia el Ifema, por una de cuyas potemkininas naves desfila cada año el divino supramundo de la alta costura y del prêt-à-porter. “En el metro no veo a ninguna modelo, de momento”, anoté muy profesional en la libreta que siempre va conmigo. “La crisis no afecta a las maniquíes”, apostillé, ya abiertamente ufano de mi sagacidad.

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