Van en un vagón de tren una gorda, una rubia guapísima, un bético y un sevillista.
De repente, el tren se mete en un túnel y se queda el vagón a oscuras; entonces se oye un guantazo enorme: ¡¡¡PLASSS!!! El tren pasa el túnel, vuelve a la luz y el sevillista se echa mano a la cara.
Los cuatro pasajeros se quedan pensando en lo que ha podido ocurrir.
La gorda piensa: 'Seguro que el sevillista le ha metido mano a la rubia. La rubia se ha mosqueado y le ha dado un guantazo'.
La rubia piensa: 'Seguro que el sevillista ha intentado meterme mano, se ha equivocado y la gorda le ha metido una h...'.
El sevillista piensa: 'Seguro que el Bético le ha metido mano a la rubia, la rubia se ha equivocado y me ha dado la h... a mí'.
El bético piensa: 'A ver si llega otro túnel y le meto otra h... al sevillista'.
(Vía Ricardo Bada)
De repente, el tren se mete en un túnel y se queda el vagón a oscuras; entonces se oye un guantazo enorme: ¡¡¡PLASSS!!! El tren pasa el túnel, vuelve a la luz y el sevillista se echa mano a la cara.
Los cuatro pasajeros se quedan pensando en lo que ha podido ocurrir.
La gorda piensa: 'Seguro que el sevillista le ha metido mano a la rubia. La rubia se ha mosqueado y le ha dado un guantazo'.
La rubia piensa: 'Seguro que el sevillista ha intentado meterme mano, se ha equivocado y la gorda le ha metido una h...'.
El sevillista piensa: 'Seguro que el Bético le ha metido mano a la rubia, la rubia se ha equivocado y me ha dado la h... a mí'.
El bético piensa: 'A ver si llega otro túnel y le meto otra h... al sevillista'.
(Vía Ricardo Bada)