miércoles, 11 de enero de 2012

No al toro "juicioso"

Veranero, de Victorino
Bilbao, 2007

José Ramón Márquez

“El toro no tiene porqué ser un barrabás. El toro debe ser eso: un toro, con su propia “personalidad” -entrecomillemos lo de personalidad y que unas veces será noble y otras antipático; podrá ser cobarde -manso- , o valiente -bravo-; bonito o feo; poderoso o menos poderoso (jamás un inválido, pues en ese caso no debe salir de la dehesa) y viejo o joven. Pero lo que no puede ser nunca un toro es juicioso, tan juicioso como para llegar a saber que hay que acudir cuando le llaman para cumplir su oficio, embestir, y no molestar cuando no le llaman. Eso es el toro perfecto al que hemos llegado ahora, precisamente que los toreros, según él [se refiere a K-Hito], son sabios y, entonces, nos encontramos con que se plantea la pelea entre un juicioso y un sabio. ¡Vamos!, que los redondeles taurinos se han convertido en algo parecido a un encopetado debate del que sale el exquisito manjar, que por añadidura es monótono, de perdiz, perdiz todos los días…”

Vicente Zabala Portolés
Conferencia dictada en Los de José y Juan el día 29 de enero de 1965