Tomado de la Historia Natural:
“La fuerza de los músculos del cuerpo humano es incalculable. Se cuenta de un turco que corría llevando encima seiscientas libras de peso. Milon de Crotona se llevó un buey que pesaba mil libras. Augusto II, Rey de Polonia, arrollaba con los dedos un plato de plata como si fuera un pedazo de papel, y con la misma facilidad partía una herradura de caballo. En las Transaciones Filosóficas Nº 310 se lee que un león dejó impresos sus dientes en un pedazo de hierro. En los peces con especialidad se ve la fuerza de los músculos animales. Una ballena camina con tanta velocidad en medio del agua, que si continuase siempre de una misma manera daría la vuelta al mundo en 15 días, y tenemos ejemplos de haber el pez espada penetrado más de una vez con su asta las gruesas tablas de encina de un navío. En el gabinete de historia natural de Madrid existe un tablón con el trozo del asta que un pez espada dejó clavado en él.”
(En El Semanario Instructivo. Cádiz, 8 de mayo de 1830)