Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Todos fingen no saber por qué Xavi se pasea con Gavi y Pedri por España, si en Europa con esos sólo le da para que los saquen de las competiciones a gorrazos. El secreto es la ley natural, por la cual el Barcelona apalancado de Xavi debe ganar naturalmente la Liga para desapalancarse y traer de vuelta a Messi con su Copa del Mundo, una vez que sabemos, por boca de Al Thawadi, organizador de lo de Catar, ese paraíso de Xavi, que para ellos “sería muy especial” ver al viejo diablillo argentino “levantar el trofeo” como la cosa más natural, entendido lo natural como un callejón sin salida: aquél que en la fábula de Esopo ve el zorro (“veo muchas huellas que entran, pero ninguna que sale”) ante la cueva del león.
Cuando el movimiento woke creía haber martilleado el último clavo en el ataúd de la ley natural, viene el VAR y la rescata con el pretexto de la moviola de Pedro Ruiz aplicada por Iglesias Villanueva, que va de pueblo en pueblo con su maletín para el instrumental (reglas, escuadras, cartabones) como el verdugo de Berlanga.
El señor Iglesias hace la autopsia en el VAR del Valencia-Barcelona un sábado, y al día siguiente, domingo, con las prisas de las figuras del toreo en los veranos festivos de España, se planta en el VAR del Bernabéu para hacer la del Real Madrid-Girona, nombre, Girona, que pide un VAR de académicos para los comentaristas, que ven “Getafe” y leen “Jetafe”, pero que ven “Girona” y leen “Yirona” o “Chirona”. El mismo criterio absurdo que se aplica a la prosodia de los nombres se aplica luego a la rapsodia de los penaltis, cuya doctrina se acuna en los brazos de la ley natural.
Mano en el área del Madrid: ¿natura naturans o natura naturata? Aficionado al estudio de la anatomía, como Leonardo, el ex Iturralde, que va de cardenal Belarmino del arbitraje, tiene claro el distingo entre mano natural y mano antinatural, pero no entra a definirlas. Si no me lo preguntas, lo sé, pero si me lo preguntas, no lo sé. Vendrían a ser como la Mano Invisible del mercado que venden los liberalios.
–La ley natural es parte de la ley de Inglaterra… anterior a cualquier derecho judicial o civil del mundo… es inmutable y no puede ser cambiada –dijo el intrépido juez Coke.
En cambio, en el VAR de los Iglesias Villanuevas la ley natural acostumbra cambiar varias veces incluso en el mismo partido, siempre contra el fútbol, donde todo lo bello que ocurre, que tampoco es mucho, se va al limbo por el pelo de una gamba. Ojalá un Elon Musk que se comprase la Liga de Tebas sólo por el gustazo de verlo patear a los tiquismiquis del VAR como pateó a los tiquismiquis del Twitter.
El tribunal que condenó a Galileo es una mesa petitoria de Cruz Roja al lado del Comité de Integridad de Rubiales, el Lawrence de Arabia de nuestro fútbol, que quiere meterle a Ancelotti un paquete de cuatro partidos (“¡a que te meto un paquete!”, fue la amenaza sargenta más repetida en la mili) por decir que el penalti de Asensio no era penalti, pero que pasa por alto la opinión del entrenador rival, Miguel Ángel Sánchez Muñoz “Míchel”, que dijo que el gol de Rodrygo era gol.
Rubiales sancionando a Ancelotti por inelegante es la ética que España exporta hoy al mundo y que fue proclamada por el propio Rubiales cuando lo suyo: “Si somos 47 millones de españoles, tenemos 47 millones de éticas.” Y, vistas así las cosas, 94 millones de manos naturales o antinaturales en las áreas de penalti.
A Rubiales lo elevaron a la categoría de héroe de la Marvel sus visavises económicos con Piqué, el central con 140 de CI, que se retira del fútbol sin contarnos qué tenía preparado por ganar la Champions en el Bernabéu, catástrofe que evitó Mourinho, el entrenador, reconocido por el propio Piqué, que “cambió la historia”.
–La suerte que tuvisteis el año que nos eliminó el Inter, que la final era en el Bernabéu. ¡Tenía una preparada!…
Piqué compartió su famoso CI con Messi en los entrenamientos, con Sergio Ramos en el Combinado Autonómico y con Rubiales, Rubi, en los negocios. Parece el sustituto natural de Laporta al frente de la culerada (“¡presidente! ¡presidente! ¡presidente!”), pues un tipo tan listo no puede retirarse sin tener amarrado un cálculo beneficioso de la pensión. En España tenemos dos pensionistas por cuenta ajena (“natura naturata”), Hazard y Lewandowski, y un pensionista por cuenta propia (“natura naturans”), Piqué, nada que ver, por cierto, con el ministro de las cabezadas a Bush en el aeropuerto. El sábado, ante el Almería, Piqué y Lewandowski jugaron con un penalti como Zouma con el gato, prueba del humor “boomer” que une al catalán y al polaco.
“Naturaleza” es “una palabra urdida para provocar tantos equívocos como sean posibles” en toda índole de teorías, nos avisó Sir Leslie Stephen, el señor padre de Virginia Woolf.
El gol de Bale en Los Ángeles
GALES O CYMRU
Mientras en América un cabezazo de Bale propiciaba el título de la MLS a su equipo, Los Angeles FC, en Gales, su país, la federación de fútbol trabaja para cambiar el nombre de Wales, en inglés, por el de Cymru, en galés, aunque a Catar irán como Gales, porque ya no tienen tiempo de cambiar la tarjetería. Arturo, Lawrence, Tom (Jones), Bonnie (Tyler), Catherine (Zeta-Jones) y por supuesto Gareth son celtas, con fama de indisciplinados y de golfistas.
[Lunes, 7 de Noviembre]