domingo, 26 de marzo de 2017

"¿Crees tú en el Hijo del hombre?"

DOMINGO, 26 DE MARZO

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:

-Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).

Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ése el que se sentaba a pedir?» Unos decían: «El mismo.» Otros decían: «No es él, pero se le parece.» Él respondía: «Soy yo.» Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.» Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Él contestó: «Que es un profeta.» Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?»
Y lo expulsaron.  Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:

-¿Crees tú en el Hijo del hombre?

Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo:

-Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.

Él dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él.

Juan (9,1.6-9.13-17.34-38)