viernes, 17 de junio de 2016

Impresiones eurocoperas

 El dragón galés

 Merino, fichado ya por el Borussia Dortmound


Francisco Javier Gómez Izquierdo

       La alegría por el hallazgo del canal alemán desde el que veo la Eurocopa en el modesto operador al que estoy abonado no tiene más remedio que interrumpirse debido a los nuevos horarios que voluntariamente he escogido en la mina a la que acudo para procurarme el sustento. Días que voy de sol a sol y noches que entro y salgo de día.

     Leo lo que pone el Marca, pero como ya voy teniendo edad y creo que no hay dos aficionados que interpretan igual el mismo partido, sólo me fío de lo que ven mis ojos y aún así, nunca del todo. Ayer y antier vi las segundas partes del Francia-Albania y el Alemania-Polonia, modernas representaciones del mito bíblico de David contra Goliat. El espectador e incluso el aficionado, sin saber cómo ni por qué, se inclina por  las débiles tribus albanesas, polacas, galesas, rumanas o islandesas cuando   las ve resistir con tan esforzado entusiasmo como vienen demostrando en el Campeonato. Al final las guerras futbolísticas las ganan los de siempre, pero no está mal que a falta de fútbol el personal se apasione por tanta cenicienta a la que desgraciadamente ningún príncipe le va a ir a calzar el zapato de cristal cuando amanezcan los cuartos.

      Una señora con edad de ser abuela y de la que nunca había sospechado debilidades futbolísticas desayunaba esta mañana eufórica por el empate polaco y cuenta que le dio mucho coraje la derrota de Albania. A mi doña, madridista por tradición familiar, le gusta ver a sus jugadores merengues y sufrió mucho con la grisura de Ronaldo, pero respetó más el coraje islandés. Con quien al parecer padeció fue con Bale y hasta se incomodó con la buena suerte inglesa tan fuera de tiempo. “Con lo que han luchado los galeses. ¡Pobrecito Bale!”. Instinto maternal el de mi doña y el de casi todas las neutrales espectadoras de la Eurocopa.

      No alcanzo a valorar la hipotética sorpresa de que a semifinales llegue uno de tantos llamados y no cuatro de los elegidos, pero sorpresa sería para mí que Bélgica, selección a la que miro con buenos ojos, y Portugal, a la que pocos parecen ver sus carencias, cayeran antes de cuartos y que tanto Alemania, Francia, si recuperan chispa y me da que físico, como España e Inglaterra ó Polonia, no sean los semifinalistas.

      Todos sabemos que el primer partido de los grandes torneos no suele ser indicio de nada, pero creo que sí deja olor y a mi me huele a lo dicho, pero mi olfato no crean que es de fíar. Estaba convencido del pase del Córdoba ante el Gerona, pero resultó que no. Por mucho que me disculpe un penalty no pitado, la expulsión de nuestro lateral, el desbarre de Oltra, pasó el Gerona, que ha vuelto a repetir 2-1 en contra en El Sadar. Veo a Osasuna remontando resultado a pesar de la excesiva juventud que Martín Monreal tiene a su disposición. “Merino tiene 19 años pero es uno de los mejores, si no el mejor centrocampista de Segunda división”, dice mi compadre Fermín Goñi, que sigue aplaudiendo con la misma devoción que aplaudía conmigo a los mozucos de Tajonar. Por entonces Bustingorri, Pizo y el Cuco. Hoy Torres, los Flaño, los García, y Merino.