Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El “sorpasso” político con que nos dan la murga los tertulianos es un parricidio freudiano: Pablemos se come al partido de Felipe González, Gonzalón, que es el que lo llevó a la Puerta del Sol.
En el principio, según Freud, era la horda, dominada por un macho totalitario al que matan (y devoran) sus hijos, hartos de no catar hembra. Los hermanos se disputan la sucesión, ven que no ganan nada y deciden renunciar a los instintos para poder llevar una vida más tranquila: nace la moral que quiere cargarse Rita Maestre y el derecho que quiere cargarse Manuela Carmena. En recuerdo del padre se instituye el tótem, muerto y devorado por los hermanos una vez al año: nace la religión que quieren cargarse los académicos que escriben “dios” con minúscula.
Con la ruina del partido de Gonzalón no se pierde nada. Fue una franquicia alemana de Willy Brandt que nos trajo una socialdemocracia (la socialdemocracia es la “democracia” que odia al pueblo) con sistema autonómico, un caballo troyano contra el Estado (¡había que colocar a toda la parentela de las provincias!), y sistema proporcional (antidemocrático por definición), un caballo troyano contra la Nación.
No hay peor troyano que el de la misma madera, y ahí está el troyano contra la tauromaquia de los premios de San Isidro a la “hestética” de Manzanares con una mona victoriana en el festival de Beneficencia... ¡que no pertenece a la Feria!
–La apreciación de la Belleza es a los fantasmeos de los “hestetas” como el amor cortés a las sudorosas maniobras con una muñeca hinchable –nos dejó dicho Romero Peche en su “Libelo contra los estetas”.
Si finalmente Pablemos se llevara por delante lo que queda de Nación y lo que queda de Estado, no miréis a Pablemos, sino a Gonzalón y sus cuates de la política, la economía y la cultura en estos cuarenta años, aunque todo indica que estamos más cerca de unas terceras elecciones en Navidad que de la exaltación de Pablemos a la Jefatura del Gobierno en julio.