Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En la ciudad que mató a Miranda, único demócrata que ha dado España (leyó, entendió y “vivió” a Montesquieu en tres revoluciones), la fanfarria comunista ha retirado la placa de Pemán divinizada en el diálogo inmortal entre el Cojo Peroche y el Beni de Cádiz, parados ante la casa del escritor. “¿Qué crees que pondrán en nuestra casa cuando faltemos, Beni?” Y la respuesta del Beni: “Se vende”.
–¿Piensas lo espantoso que “parece que es” una España suramericanizada por los comunistas? –pregunta en una carta Bergamín a María Zambrano.
El escarnio de esta fanfarria está en actuar en nombre de una “memoria democrática”. Si aquí nadie ha visto la democracia (ni, por las trazas, la verá), la gamberrada de “ostraconear” a Pemán en nombre de la democracia, sistema de gobierno que no conciben, sólo es una versión chisposa del “Arbeit macht frei” (“El trabajo hace libre”) de los campos alemanes, o de “El trabajo os hará hombres” de los campos cubanos del Che, flamante dios tutelar de la Unesco, para “rehabilitación” de homosexuales.
–Bienaventurados los que no saben leer ni escribir porque serán llamados analfabetos –es el Cafarnaún de Bergamín, que regresa a España en la Nochebuena del 58 de la mano, contra todos, de Pemán (“¡Se encendió la lucecita verde! ¡Y Pemán ha sido el farolero! ¡Pero en qué farol andaluz! Se lo agradeceré siempre”).
Umbral, viéndose de “tonto útil” y de “compañero de viaje” de los analfabetos comunistas, hace la revelación definitiva del folio en blanco: “Yo aprendí a hacer artículos en usted, don José María (Pemán), si es que he aprendido, y en otros escritores del ABC, desde los monárquicos a los falangistas, que todos escribían muy bien”. ¿Qué es el articulismo? Según Pemán, único director de la Academia destituido por un Gobierno, dejar caer una gota de perennidad en lo “diario” y efímero.
–El lapso que va del desayuno a la sobremesa de la cena es la “inmortalidad” a que debe aspirar el articulista.
Pero a González no le gusta Pemán.
[Sábado, 19 de Junio]