El 78
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
España es ese país donde Pedri hace la cobra a la afición o donde mi frutero pone un cartel que dice: “El corazón tiene razones que la razón no entiende. Ortega y Gasset”.
La cita de mi frutero no es de Ortega, sino de Pascal, que reprocha a Descartes la división entre conocer, función de la razón, y saber, función del corazón. El “Nuevo Proyecto de País” de Sánchez es más viejo que mear y se basa en el corazón.
–¿Qué es el corazón sino un muelle, los nervios sino otras tantas cuerdas? –hubiera gritado Hobbes a Perico el del Liceo.
“Proyecto de País” más “Corazón” es puro fascismo ibérico, cosa (otra) que ignora Iván Redondo: viene de Ortega, que se apropia (mal) a Renan (proyecto sugestivo de vida en común), y cristaliza en el corazón joseantoniano:
–Cataluña es un pueblo esencialmente sentimental –dice José Antonio en las Cortes del 34–, impregnado de un sedimento poético… hasta en las pequeñas tiendas en la plaza Real… A Cataluña no se la supo tratar, y por eso se ha envenenado el problema, del cual sólo espero una salida si una nueva poesía española sabe suscitar en el alma de Cataluña el interés por una empresa total…
De ahí, ¡ay!, el Saturno que invoca Casado.
El socialismo sólo es un hamponato global al servicio del medio millón de vagos del partido comunista cubano (Franceschi), pero a las bases del socialismo ibérico Perico el del Liceo les suena a Ortega y a José Antonio, y saltan y vibran como muelles y cuerdas hobbesianas ante la cuadratura del círculo (ecuestre). Una objeción al nuevo fascismo ibérico: “Nos habría ido mejor con los portugueses y sin los catalanes”, decía Peces-Barba hace diez años a unos abogados en Cádiz.
Perico el del Liceo, que no pasa de ser un “mandao”, pasó por Barcelona como un curita (buldero y trabucaire) que, contra la razón, y rodeado de roedores, embotaba el filo de la lógica apelando al corazón para sorprender a algún idiota en su estado de ánimo intelectualmente relajado. Es la España de Pedri, Pedro y Pedralbes.
[Miércoles, 23 de Junio]