jueves, 19 de octubre de 2017

Capa

Las Torres Blancas de Sáez de Oiza, que sólo es una y de color gris


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

A un cortesano que le reprochaba errores en la construcción de El Escorial preguntó Felipe II: “¿Qué es arquitrabe?” Y ante la perplejidad callada del plasta, el Rey (¡un flamenco de Valladolid!) que firmaba “Yo, la Muerte” remató con una media a lo Antoñete:

Arquitrabe es hablar de lo que no se sabe.
Aquel plasta bien pudo ser, por las fechas, Manuela Carmena, que ahora ha paralizado el derribo de la “casa de Capa” en Vallecas. Es la “solución habitacional” que los comunistas, siempre sentimentales para la mentira, han encontrado para el “miliciano de Capa”, tan falso como “la casa de Capa”.

En Madrid, donde echamos abajo sin pestañear la pagoda de Fisac, hemos pasado del “aquí cenó Hemingway” al “aquí merendó Capa”, el Münchhausen de la Leica, para desarrollar una red municipal de merenderos de protección comunista que quitarán el hipo.

Capa, pues, es “el arquitrabe” filipino de la parlera Manuela Carmena (¡esposa, ay, de arquitecto!), cuyo guerracivilismo Bauhaus nos invadirá como aquel orientalismo árabe con que se construyó en Madrid todo lo que los árabes nunca concibieron: teatros, plazas de toros, estaciones, cervecerías y urinarios. Después de todo, como en el 69 nos avisó Ignacio Olagüe, compañero de cine-club de Gecé, “Los árabes no han invadido jamás España”, que la mayoría eran berberiscos.

¡La casa protegida de Capa!

Un amigo mío de Rock-Ola, en Padre Xifré, 5, tenía el sueño de abrir oficina en las Torres Blancas de Sáez de Oiza, que no es más que una y de color gris. Cuando lo cumplió, puso de recepcionista a una doble de Marilyn Monroe, pero con complejo de superioridad (Marilyn, según Howard Hawks, lo tenía de inferioridad: la asustaba ponerse delante de las cámaras), de quien se enamoró locamente un mensajero que, cohibido, anotó en el pasamanos de skay rojo de la escalera: “Te quiero”, y el número de móvil. Pero el pasamanos de Oiza está protegido, y la única llamada que recibió el mensajero fue la del guarda con la multa.