martes, 11 de septiembre de 2012

Progresismo y puritanismo: dos caras de la misma moneda

-Ni que decir tiene que, para un progre, la Edad Media constituye el centro de todos los males. Pues bien, escuchen al maestro don Gilbert (Chesterton): “El hecho más prominente del mundo industrial moderno -ahora diríamos, del mundo terciario moderno- es que los movimientos morales son más despiadadamente represivos que las formas antiguas de misticismo o fanatismo, que normalmente afectaban solamente a unos pocos”.