lunes, 14 de mayo de 2012

"¡Karanka portugués!"

Mourinho en el último partido de la Liga de los Cien Puntos

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Mourinho, que está contento, se arrancó en rueda de prensa con un “¡Karanka portugués!” de cariño y agradecimiento al ayudante de campo recomendado por Figo (otro portugués), y el españolejo del periodismo deportivo ha levantado una ceja, cosa que no hizo cuando la crema de la intelectualidad progresista llamó “Hitler portugués” (?) al entrenador del Madrid.

    Si a Mourinho le dolió lo de “Hitler portugués” (?), que de hecho es la única bosta que le ha dolido, y le han arrojado un muladar, fue por la banalización de una historia tan seria, pero vaya usted con banalidades al españolejo.

    El españolejo es clasista y germanófilo con el chic de lo francés, como la guillotina de Javier Krahe.
    
Sintiéndose inferior a cuantos europeos tiene por encima, el españolejo sólo se siente superior a los portugueses, como si todos los portugueses fueran Saramago y vendieran toallas.
    
¿Es que va a venir a enseñarme a mí de fútbol un portugués?

    Un pueblo cuyos toreros citan a Hegel (ahí está el último discurso de José Tomás) no consiente que un portugués le diga cómo se establece un sistema de juego que acabe con el cuento del Mejor Equipo de la Historia del Fútbol.

    –Los portugueses que coman bacalao, pero a mí que no me toquen el cocido.
    
Es el periodismo deportivo.

    Y el Madrid, que empezó la Liga hace diez meses como lobo solitario (unas encuestas israelitas a pie de campo “demostraban” que el sistema defensivo de Mourinho había dejado sin aficionados al club), celebra hoy la conquista de la que, con números en la mano, es la Mejor Liga de la Historia, con Guardiola tirándole desde Sevilla pellizcos de monja… a Karanka, porque Karanka es portugués, es portugués Karanka.

    El españolejo, pesaroso y socialdemócrata, no soporta que este portugués, como tantos otros portugueses, sea más brillante que él, y entonces vuelve su cabeza hacia Pep, pero Pep ya se ha ido.
    
Pep es la Helena de una guerra de Troya entre Laporta y Rosell. A falta de Homeros, la guerra está en manos de la prensa, que la convertirá en culebrón venezolano, progresista y “kitsch”, con  buenas frases (las buenas frases son la verdad en números redondos), como las pronunciadas por Pep:

    –No tengo nada que aclarar de mi relación con Tito.
    
O:
    
Me enteré de lo de Tito el día que dije adiós.
    
Tito es lo que se nos viene encima, aunque eso será después de la Eurocopa del señor Del Bosque, el marqués que con su frase “Puyi es un titán” podría adquirir cierta relevancia en el culebrón, pues cuando dice Puyi quiere decir Puyol, que ya hace falta valor, igual que cuando dice Busi quiere decir Busquets, y no sé yo qué apaño de seriedad sea presentarse en la Alemania de la Merkel con un marqués con cara de espadón dictando una alineación que empieza por Íker, Puyi, Busi…
    
Es que somos muy fantasiosos –decía el Séneca–. Por muy bien que se esté toreando, aquí gritamos: “¡Con la izquierda! ¡con la izquierda!”…
    
Y con la izquierda les ha ganado Mourinho la Liga de todas las Ligas.

Özil, Varane, Benzema, Lass, Coentrao... en la entrega de la Copa de la Liga

FELICIDADES
Felicidades al Real Madrid por la Liga. A José Mourinho, que la ganó contra todos, y a Florentino Pérez, que contra todos lo aguantó, recuperando el espíritu de Bernabéu, quien tenía de la figura del entrenador la misma idea que Juan Ignacio Luca de Tena de la del director. “Siempre he tenido por costumbre respetar las decisiones de los directores del periódico –explicaba lo suyo Luca de Tena–. Si no me gustaban los sustituía, pero, mientras durasen, acataba su criterio.” Bernabéu sólo destituyó a Miljanic. Muñoz se fue “porque de comer jamón también se cansa uno”.


Mourinho en la fiesta de la Liga de los Cien Puntos