viernes, 10 de febrero de 2012

Navajas


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

El fiscal Navajas ha reclamado su cuarto de hora cuando las cámaras estaban en Torres Dulce, cuyo nombramiento le ha granjeado a Gallardón un cameo con Garci como el de Scorsese en “Los Soprano”, o mejor, como el de Julián Cortés Cavanillas en “Vacaciones en Roma”, que le valió la inmortalidad.

En defensa de Garzón, resta Navajas importancia a lo de Paracuellos por ser cosa “puntual” que además ya está juzgada. ¿Juzgada? ¿En “Sálvame”? ¿En “Punto pelota”? ¿En el bar del Bellas Artes?

Según la doctrina Navajas, para que algo pase a mayores ha de producir “terror”. Y tenemos el caso de don Pedro Muñoz Seca, diciendo a sus asesinos que sólo una cosa no podrían quitarle: “El miedo que tengo”.

Muñoz Seca no hizo política. Tampoco escribió en periódicos de derechas. Era, ay, lector de ABC, en cuyo primer número republicano (incautado por el gobierno del Frente Popular) se decían cosas que refutan la “puntualidad” de la doctrina Navajas en lo de Paracuellos: “Por algo se comienza. La Gaceta de ayer publicó un decreto de Hacienda por el que se declara cesante a Pedro Muñoz Seca. ¿Cómo? ¿Que no caéis? ¡Sí, hombre! Se trata de aquel autor monárquico y gracioso… Pues por él, por Muñoz Seca, ha comenzado la labor depuradora dentro de la burocracia. Poco es, pero algo es algo… ABC, convertido desde hoy en diario del pueblo, espera y confía recibir en su redacción mañana mismo otro número de La Gaceta extraordinario en páginas, con todas ellas llenas de funcionarios enemigos del Régimen”.

Y Navajas buscando el bando de Mola que dice Hugh Thomas.

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