Fusilamiento miliciano del Corazón de Jesús
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Lo de Getafe se anunciaba como el partido-trampa (después de todo, allí fusilaron al Corazón de Jesús), pero sólo era el ensayo del Madrid para la batalla (meteorológica) de Moscú con el CSK. El general Invierno contra Napoleón, Hitler… y Mou.
Lo más ruidoso del ensayo parece que fue un penalti de Pepe, escaqueado para compensar los penaltis del Cata Díaz a Cristiano o la expulsión de Miguel Torres por agarrón a Özil, igualmente escaqueados.
El penalti de Pepe en Getafe fue un calco del de Busquets en Barcelona, que sacó con el brazo un cabezazo… de Pepe, y se quejaba, como Pepe, de dolor de tripa. Lo de los penaltis birlados al Madrid en Barcelona lo zanjó el buen Pep con un minuto de silencio por los cinco millones de parados creados por su gran amigo Zetapé. Pero hay una regla de Murphy: dolor de tripa en el área es que has dado al balón con el brazo. (Corolario de Pinto: salvo que des al balón con lo que hay entre el sobaco y la mano.)
Bien, en fin, el ensayo madridista, aunque la literatura estaba en otra parte. Estaba en Sevilla, donde el duelo entre las dos familias mediáticas que controlan la industria del antifascismo español: el grupo de Rubalcaba (“seny”) y el grupo de Chacón (“rauxa”).
Salvo una línea de investigación independiente por cuenta de Pepe Ramoneda, que a página entera creyó ver el nido del águila fascista en el moño de Belén Esteban, la industria del antifascismo mediático tiene idealizada a la hidra en Mourinho, cuyo nombre, ¡ay, Jesús!, bloquea a la centralita de Google en Cataluña, de tanto cliquearlo.
Los de la “rauxa” le dicen macarra, cosa que para ellos es cualquiera que no calce zapatos de chúpame la punta. Cuentan con Cruyff, el zorro, que dice que en Barcelona el que mete miedo no es Mou, sino Löw. Y con Julio Salinas, la oveja, que dice que el Barcelona se quitaría un peso de encima si Mourinho se fuera del Madrid. Y con la Chacón, que es esa señora como creada por los Costus que grita cosas como “¡me tenéis hecha una esclava!” o “¡para patadas las que da mi Pepe!”
.
Los del “seny” tuercen por Rubalcaba, y no se hable más. Su pelotón de fusilamiento son los intelectuales, y por su paredón pueden desfilar desde Camps con su capa de San Martín hasta la propia Chacón en bata de guata, pasando, naturalmente, por Mou, a quien el crítico de cine (el cine es el libro de los que no leen libros) mezcla con las catástrofes de Port Said en Egipto y de Heysel en Bruselas.
No hay gateras para el fascismo en la industria del antifascismo. Apenas te repones de la conmoción de ver a Mou vestido de nazi a lo Helmut Berger, te encuentras con que en el ruedo de Las Ventas tiene lugar cada tarde una representación de Paracuellos o Katyn, si damos rienda suelta a la imaginación que a los aficionados a los toros nos propone un prestigioso intelectual que estudió secundaria en el Ies Monelos de La Coruña.
Y cuando todo esto cae en la cabeza de Chesús Yuste…
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Abc
Lo de Getafe se anunciaba como el partido-trampa (después de todo, allí fusilaron al Corazón de Jesús), pero sólo era el ensayo del Madrid para la batalla (meteorológica) de Moscú con el CSK. El general Invierno contra Napoleón, Hitler… y Mou.
Lo más ruidoso del ensayo parece que fue un penalti de Pepe, escaqueado para compensar los penaltis del Cata Díaz a Cristiano o la expulsión de Miguel Torres por agarrón a Özil, igualmente escaqueados.
El penalti de Pepe en Getafe fue un calco del de Busquets en Barcelona, que sacó con el brazo un cabezazo… de Pepe, y se quejaba, como Pepe, de dolor de tripa. Lo de los penaltis birlados al Madrid en Barcelona lo zanjó el buen Pep con un minuto de silencio por los cinco millones de parados creados por su gran amigo Zetapé. Pero hay una regla de Murphy: dolor de tripa en el área es que has dado al balón con el brazo. (Corolario de Pinto: salvo que des al balón con lo que hay entre el sobaco y la mano.)
Bien, en fin, el ensayo madridista, aunque la literatura estaba en otra parte. Estaba en Sevilla, donde el duelo entre las dos familias mediáticas que controlan la industria del antifascismo español: el grupo de Rubalcaba (“seny”) y el grupo de Chacón (“rauxa”).
Salvo una línea de investigación independiente por cuenta de Pepe Ramoneda, que a página entera creyó ver el nido del águila fascista en el moño de Belén Esteban, la industria del antifascismo mediático tiene idealizada a la hidra en Mourinho, cuyo nombre, ¡ay, Jesús!, bloquea a la centralita de Google en Cataluña, de tanto cliquearlo.
Los de la “rauxa” le dicen macarra, cosa que para ellos es cualquiera que no calce zapatos de chúpame la punta. Cuentan con Cruyff, el zorro, que dice que en Barcelona el que mete miedo no es Mou, sino Löw. Y con Julio Salinas, la oveja, que dice que el Barcelona se quitaría un peso de encima si Mourinho se fuera del Madrid. Y con la Chacón, que es esa señora como creada por los Costus que grita cosas como “¡me tenéis hecha una esclava!” o “¡para patadas las que da mi Pepe!”
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Los del “seny” tuercen por Rubalcaba, y no se hable más. Su pelotón de fusilamiento son los intelectuales, y por su paredón pueden desfilar desde Camps con su capa de San Martín hasta la propia Chacón en bata de guata, pasando, naturalmente, por Mou, a quien el crítico de cine (el cine es el libro de los que no leen libros) mezcla con las catástrofes de Port Said en Egipto y de Heysel en Bruselas.
No hay gateras para el fascismo en la industria del antifascismo. Apenas te repones de la conmoción de ver a Mou vestido de nazi a lo Helmut Berger, te encuentras con que en el ruedo de Las Ventas tiene lugar cada tarde una representación de Paracuellos o Katyn, si damos rienda suelta a la imaginación que a los aficionados a los toros nos propone un prestigioso intelectual que estudió secundaria en el Ies Monelos de La Coruña.
Y cuando todo esto cae en la cabeza de Chesús Yuste…
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SERGIO RAMOS
Andaban los cursis comiéndonos las orejas con lo del “modelo bonito” del Madrid (Granero-Kaká-Özil) y llegó el partido pestoso de Getafe, donde hubo que tocar a rebato para salvar los tres puntos. Sólo acudió (apoyadopor Pepe), Sergio Ramos, que hizo un gol (¡el gol!) de los de “¡Al toro, que es una mona!”, como gritara Millán Astray en el terraplén, herido, en la toma de las Tetas de Nador. Porque Granero es aficionado a los toros (yo he visto al Cid brindarle uno), pero el que tiene fama de matarlos (y cinqueños) es Sergio Ramos.
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Andaban los cursis comiéndonos las orejas con lo del “modelo bonito” del Madrid (Granero-Kaká-Özil) y llegó el partido pestoso de Getafe, donde hubo que tocar a rebato para salvar los tres puntos. Sólo acudió (apoyadopor Pepe), Sergio Ramos, que hizo un gol (¡el gol!) de los de “¡Al toro, que es una mona!”, como gritara Millán Astray en el terraplén, herido, en la toma de las Tetas de Nador. Porque Granero es aficionado a los toros (yo he visto al Cid brindarle uno), pero el que tiene fama de matarlos (y cinqueños) es Sergio Ramos.
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Napoleón se retira de Rusia
