miércoles, 15 de febrero de 2012

A falta de amor, sindicalismo

"Se están cargando los pensamientos progresistas"

Jorge Bustos

No figuraba entre mis fantasías más lúbricas la de celebrar San Valentín con Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, que ayer, desde la sede madrileña de Comisiones, se dirigieron a la asamblea de (las trabajadoras y) los trabajadores al objeto de caldear un poco la reacción callejera del domingo a la reforma laboral. Y qué más hubiera querido uno, tiritando en la calle Lope de Vega como un mujik astroso en 1916. La oratoria de Toxo y Méndez calienta más bien poco, y con carreras ante los grises no hay que soñar –apenas vigilaba la concentración una lechera soñolienta desde el lateral de la Castellana–, mucho menos con el calorcico de sus porras, y ya me estoy pareciendo al recluso decrépito de La vida de Brian:

Yo llevo colgado cinco años y no me colgaron boca arriba hasta ayer, así que no me vengas con historias. ¿Que te han escupido en la cara? ¡Ah, lo que yo daría por que me escupieran en la cara! Hay noches que las paso colgado soñando que me escupen en la cara...

Pero es que menudo biruji, oigan. Avanzo infiltrándome por entre el enjambre sindical que corta la calle –mientras la militancia de carné atesta el salón de actos– y de pronto un camarada me pone en la mano uno de esos entrañables aullidos de papel que rinden tributo de nostalgia al ciclostil antifranquista: “¡No a la reforma laboral, no a la dictadura del capital! ¡Huelga general ya!”. Al cabo es San Valentín y me enternezco algo evocando aquella escena inicial de Doctor Zhivago, ese Pasha que alienta la revolución repartiendo panfletos entre los obreros rusos. Pero tiendo la vista alrededor y no veo a Julie Christie sino a veteranas luchadoras abonadas al tinte granate que ponen ojos de Özil ante los apasionamientos –no ya demagógicos, ni siquiera bolivarianos, sino como directamente extraídos del consultorio psicosexual de la revista Ragazza– con que truena la camarada speaker:

Se están cargando la educación, la sanidad y los pensamientos progresistas. Ya han recortado derechos de las mujeres, quieren que nos paguemos los abortos. ¡Que ellos hagan lo que quieran con sus hijos, que los lleven a aulas con crucifijos y que a sus hijas les pongan falda si quieren!

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