Francisco Javier Gómez Izquierdo
En esta película absurda engendrada por sujetos incapaces genéticamente de entender, aceptar y respetar la democracia, el personaje principal es un juez que como no podía ser de otro modo desprecia las reglas del Estado de Derecho con un guión en el que cualquiera pone un borratajo buscando el aplauso del tendido. Los “¿intelectuales?” españoles corean blasfemias contra los Derechos de las personas sin ningún pudor y tocando a rebato en defensa de unas prácticas de las que se declaran enemigos. Hemos llegado a la triste constatación de que ni Llamazares, el socialismo español todo, profesores y hasta jueces que juzgan no han entendido el significado de “fascista”. Venían con la lección aprendida desde la cuna. Un cantante dice que se avergüenza de ser español. No puedes ser otra cosa, Joaquín. Gente que tan necio dice, no puede ser más que español. Estos tipos siempre tienen razón y pueden decir lo que quieran . A estos tipos les gusta la justicia cubana, venezolana y así...
Pero a la película le faltaba el componente femenino. La “partenaire” que se decía antes. Y veo que ha aparecido en El País, como no queriendo la cosa. La inestimable colaboración de la jefa de todas las cárceles era necesaria para los fines de Don Baltasar y así, doña Mercedes Gallizo, que aún tiene preso y sin permiso a un joven que en 2004 fue a robar gallinas sin conseguirlo, ha soltado una loa al turno de oficio y ponzoñosas vomitonas contra los abogados de prestigio. Habla muy bien de los “ pobres internos pobres” sin defensa, por los que nunca se preocupó, y desprecia a los internos de posibles, haciendo bueno el atrevimiento singular del amigo juez. A Doña Mercedes no le parece mal el delito cometido en sus dominios y tal pareciera que se hizo con su consentimiento. Bien mirado, de ningún otro modo podía conseguir el juez su indigno objetivo... Ella debió impedir el atropello perpetrado contra los hombres y mujeres bajo su custodia. No lo hizo y presume de ello... ¿Qué es fascismo?
En esta película absurda engendrada por sujetos incapaces genéticamente de entender, aceptar y respetar la democracia, el personaje principal es un juez que como no podía ser de otro modo desprecia las reglas del Estado de Derecho con un guión en el que cualquiera pone un borratajo buscando el aplauso del tendido. Los “¿intelectuales?” españoles corean blasfemias contra los Derechos de las personas sin ningún pudor y tocando a rebato en defensa de unas prácticas de las que se declaran enemigos. Hemos llegado a la triste constatación de que ni Llamazares, el socialismo español todo, profesores y hasta jueces que juzgan no han entendido el significado de “fascista”. Venían con la lección aprendida desde la cuna. Un cantante dice que se avergüenza de ser español. No puedes ser otra cosa, Joaquín. Gente que tan necio dice, no puede ser más que español. Estos tipos siempre tienen razón y pueden decir lo que quieran . A estos tipos les gusta la justicia cubana, venezolana y así...
Pero a la película le faltaba el componente femenino. La “partenaire” que se decía antes. Y veo que ha aparecido en El País, como no queriendo la cosa. La inestimable colaboración de la jefa de todas las cárceles era necesaria para los fines de Don Baltasar y así, doña Mercedes Gallizo, que aún tiene preso y sin permiso a un joven que en 2004 fue a robar gallinas sin conseguirlo, ha soltado una loa al turno de oficio y ponzoñosas vomitonas contra los abogados de prestigio. Habla muy bien de los “ pobres internos pobres” sin defensa, por los que nunca se preocupó, y desprecia a los internos de posibles, haciendo bueno el atrevimiento singular del amigo juez. A Doña Mercedes no le parece mal el delito cometido en sus dominios y tal pareciera que se hizo con su consentimiento. Bien mirado, de ningún otro modo podía conseguir el juez su indigno objetivo... Ella debió impedir el atropello perpetrado contra los hombres y mujeres bajo su custodia. No lo hizo y presume de ello... ¿Qué es fascismo?