martes, 7 de febrero de 2012

Córdoba y Miranda

Fuente en la plaza La Almagra


Francisco Javier Gómez Izquierdo

A seis vueltas de reloj está agazapada la noche con más luz que viera Miranda. El Mirandés se despedirá de la Copa, pero permanecerá en la historia del torneo con cartel más luminoso que aquél que la conquiste.

Intento convencer a los cordobeses de la importancia de la estación de ferrocarril en Miranda de Ebro, pero por aquí lleva muchos años subiendo y bajando el Ave y la palabra ferrocarril suena a rancia película del Oeste en local de sesión doble. El Athletic también nos lleva al fútbol antiguo, cuando España era del equipo de su pueblo y del Athletic de Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gaínza. Mi vecino Paco, que tiene 93 años y todos los sentidos en su sitio, jugó con Zarra en el Ceuta, y cuando fichó por la Gimnástica de Torrelavega, el delantero bilbaíno le fue a visitar en dos ocasiones, y es detalle del que mi vecino está muy orgulloso. Desde la tiranía del Madrid y el Barça se han simplificado mucho los afectos.

En este mes de enero, el Mirandés ha conseguido muchos más simpatizantes que los que hiciera el Athletic en cien años y todos estamos dispuestos a aplaudir, aan en la más que posible derrota. Un servidor, de natural curioso, encontró junto a la imponente plaza de la Corredera un rincón con una fuente de hierro fabricada en una fundición de Miranda de Ebro.

-Mira, Paco, los mirandeses tienen las mismas querencias que los bilbaínos, pero sin altos hornos.

Mi vecino Paco, que ya es más del Mirandés que de Zarra, está dispuesto a acompañarme esta tarde a beber un vaso de agua de la placita La Almagra... que como saben ustedes es un rojo tirando a negro, igualito que los colores del Mirandés.

-Lo malo, Paco, es que hoy van a vestir de verde, como la selección de Euskadi.


“LA NAVE”
Miranda de Ebro

Plaza de la Corredera
Córdoba