Cintas petitorias a San Judas
Francisco Javier Gómez Izquierdo
El 28 de octubre de 1973, hace medio siglo cabalito, debutó Johan Cruyff con el Barcelona ante el Granada. Aquel día marcó dos goles y empezó a escribirse una época en la Historia azulgrana. No por casualidad, el estreno de Cruyff, para servidor el hombre de fútbol mas inteligente que haya nacido de mujer, coincidió con la festividad de San Judas Tadeo o de Alfeo. Si Alfeo era hermano de San José, este Judas "el Bueno", era primo de Jesucristo y por eso los que se saben la Biblia, hasta en verso, sospecharon al santo harto milagrero por parentesco divino. Desde entonces el Barça se cree divinizado y que todo lo hace bien y bonito... y si caro, alguien pagará.
Hoy, día de San Judas el de Alfeo y María la de Cleofás, un pelotero que aún no se sabe lo que dará de sí, se ha plantado donde hace 50 años un mito deslumbró a un público derrotista y enfermizo que inventaba afrentas extravagantes para justificar impotencias, y ha hecho lo mismo que aquél: decir "aquí estoy yo". Los que asemejan a Bellingham con Di Stéfano, creo que están mas acertados que los que lo hacen con Zidane. Cierto es que la elegancia cuando corre e incluso cuando anda -Luis Aragonés decía que "a los buenos se les conoce nada más verlos andar"- llama más la atención que el trotar de la Saeta, pero ese llegar al área, ese talento innato para ponerse donde va a llegar un balón que ¡¡¡Modric va a controlar mal!!, el sensacional remate de cabeza o el preciso chut desde fuera del área son pertrechos y bagajes que otros acarrean de uno en uno, mientras el Milord inglés los carga y maneja todos con una soltura que empieza a resultar para los rivales mas terrorífica que temible.
Estaba el Barça-Madrid entretenidillo con un Madrid que adolecía de cierta modorra. Al Barça le puso franco el partido una torpeza de Alaba y aunque la culerada siempre ha presumido de artistas, los mejores estaban siendo dos obrerotes: Gavi, un zapador, y Fermín, al que por jerarquía y con ese nombre de mayordomo era cosa segura que iba a ser sustituido. Se dirá que Xavi se equivocó en los cambios, que entre Gavi, Fermín y Ferrán tenían bien vigilado a Belligham, que el cansancio, que patatín y patatán.., pero lo verdaderamente cierto es que el cinco merengue tiró de inspiración y lanzó un balón que sorprendió a todos los públicos; a los que estaban en Montjuich y a los que estábamos en el sofá. Los jugadores fuera de categoría son los que fabrican esos goles en los partidos importantes. Son grandiosos en los grandes festejos. El empate trastornó el planteamiento de Xavi, y Bellingham, al que sólo se le había visto en el zurriagazo del empate se convirtió en gigantesca invisibilidad y apareció allí, donde nadie lo esperaba, donde se camuflan los killers, donde sólo saben estar los elegidos... y ¡pam! victoria al canto. Es muy bueno Bellingham. Cruyff lo hubiera fichado, seguro.
Como digo, quizás el día fuera propicio para que los excelentes den ejemplo a los mediocres y animen a éstos a esforzarse en sus trabajos. En Córdoba son legión los que se encomiendan a San Judas Tadeo.