lunes, 9 de octubre de 2023

La perra de lo social

 

Derbi y Agenda 2030



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Lo peor del derbi fue el arranque pancartero de los dos equipos con la loneta publicitaria de la Agenda 2030. Si la política entra por la puerta, el fútbol saldrá por la ventana.


    La noticia, pues, no fue que el Madrid de Ancelotti jugara a nada, pues lleva jugando a nada desde la infausta noche de Manchester, y ahora, además, sin Courtois ni Militao ni Vinicius ni Benzemá. La ausencia de Courtois y Militao dejan al equipo con una línea defensiva del montón (sólo así se explica un doblete de Morata), pero la ausencia de Benzemá deja al equipo sin sistema de ataque: su sustituto natural era Harry Kane, pero no se hizo, y ahora el Real Madrid de las catorce Champions se presenta en el campo del Atlético con una alineación de Simeone, condenados Bellingham y Rodrygo a vagar por el espacio como “chicas de la curva”, mientras Simeone hace de Milei con las masas del estadio, que tiene nombre de Encíclica.


    “Aforismos sociales con aire de epístolas pontificias”, le definió Evita Perón el justicialismo a Pemán, quien ya en su día hubo de tomar nota de “la perra de lo social” que cogieron los poetas (para entendernos: “coger una perra” se llama al modo de exigir y apremiar del niño, que cuando “coge la perra” no quiere más que aquel sonajero, y rechaza toda la oferta de lapiceros, relojes y gafas que le hace la familia).


    –Celaya rechaza toda poesía que no sirva para mejorar el mundo, y Blas de Otero toma por divisa, en respuesta a Juan Ramón, “a la inmensa mayoría”.


    ¿Poesía pura o poesía social? ¿Fútbol puro o fútbol social? Valdanágoras respondería con su funambulia grecizante que el único fútbol puro es el fútbol social, y debió de tomar como un triunfo de la Historia la pancarta 2030 del derbi.


    El fútbol social servirá para tapar todas las carencias del fútbol puro. Se van los entrenadores del fútbol puro, como Ancelotti (Valdanágoras confesaba no entender que Ancelotti no fuera de izquierdas, cuando su familia era arrendataria de una granja y el arrendador se llevaba la mejor gallina), y se vienen los entrenadores del fútbol social, como Guardiola, Klopp, y ahora, Xabi Alonso, natural de una tierra que brinda muchas oportunidades para coger una “perra de lo social”, aunque él ha ido a cogerla a Alemania, donde ha defendido la lucha política de la Selección femenina de fútbol: “Mis hijas recordarán en el futuro por lo que lucharon estas mujeres”, dijo, y sus palabras, como ocurría con las de Brian en la película, fueron recogidas por los medios como si bajaran del Sinaí. Es lo social, que lo llevamos ya en los tuétanos. ¿Por qué dijo eso Xabi Alonso, hijo del gran Perico que en el Barcelona corría para Maradona con los dos pulgares veletos? Lo explicó Celaya, un paisano suyo:


    –La vida es un mero “porque sí”. Estamos ahora y aquí… y eso es todo (y no poco). Estamos ahora y aquí viviendo, contra toda razón, sin saber por qué, ni para qué


    Que la vida es un mero “porque sí” lo vemos en un video que circula por ahí de la cena barrasiana (de Barras) que Macron ofreció en el Palacio de Versalles a Carlos III de Inglaterra. El video resulta ignominioso porque el anfitrión es el mismo personaje que hace apenas un año decretó “el fin de la abundancia”. Entre los invitados al convite aparecía… Arsène Wenger, otro entrenador con prestigio de “lo social” en los medios, que son los encargados de hacer creer que con una simple alegación social se redime al débil. ¿Cuántas colonias francesas, quitando la que él use, viven mejor gracias a la inquietud social de Wenger?


    La perra de lo social que han de sacar a pasear aquellos entrenadores (¡e incluso jugadores!) que aspiren a ser bendecidos por el marketing y glamour que dispensan los medios es como la perra de Darwin que tanta gracia hacía a Tom Wolfe, pues la perra era una terrier a la que el naturalista recurrió para justificar todas sus ocurrencias sobre el origen del hombre.


    –¿Religión? No tiene usted más que observar a mi perra.


    Ojalá un Xabi Alonso en las ruedas de prensa de Valdebebas con una terrier darwinista, primero para ahuyentar el fastidioso tuteo falangista de los periodistas, y luego para confirmar o desmentir un movimiento táctico sobre el césped retráctil del Bernabéu. Sería tan gratificante como ver ahora a Ancelotti presentarse en el mismo escenario ante la prensa vestido con la camiseta del “9”, que no tiene dueño, a explicar las razones por las que el Real Madrid no le hace un gol a nadie. Y todavía falta por pasar bajo las Horcas Caudinas de Xavi, que también tiene su pellizquito social, como Zverev, el tenista que increpó a un espectador que gritó “la frase más famosa de Hitler” (“Deutschland über alles”), que resultó ser un verso del himno alemán. ¿Han dicho Jehová?




“¿Y EL VAR?”
 
    Cuando Alberola, el árbitro del derbi (no confundir con Albareda, el cura fundador del Csic), anuló arbitrariamente el gol de Camavinga, Modric, un cuarentón del fútbol con más mili que el palo de la bandera, lo abordó preguntando: “¿Y el VAR?” Fue peor que si le hubiera llamado hijo de la gran Pachamama, y su reacción instintiva de mozo de gimnasio llevarse la mano al tarjetero y mostrarle la amarilla, con amenaza de roja, al viejo trotón croata. Unos hacen cosas malvadas con buena conciencia, y otros, cosas buenas con mala. La vida es dura. En el medio están los ladinos.
 

[Lunes, 2 de Octubre]