El Bonillato
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El pequeño Rocroi catarí del Combinado Autonómico de Luis Enrique ante Marruecos en el Día de la Constitución viene a ser un epígono del Rocroi triste, solitario y final de nuestra posmodernidad, el 11M, que nos dejó sin Historia, a pesar de las pavías andalucistas de Bonilla, la pata que faltaba para el Estado Compuesto de la disolución nacional, un tipo que ha perdido su ocasión de pasar a la historia como el camarero de “Pasión de los fuertes” al que Henry Fonda pregunta si ha estado enamorado, y contesta:
–Yo siempre he sido camarero.
El último político que estudió la ruina de los Tercios en Rocroi fue Cánovas, que achacaba la derrota a las malas cuentas de Felipe IV: “Con aquella Hacienda no había más remedio que sucumbir, aunque todas las demás causas de perdición faltasen”. Jean Palette, que mira el asunto desde el bando vencedor, sostiene que, si Rocroi (1643) fue el canto del cisne de los Tercios, “fue también porque la mayoría de sus integrantes ya no eran españoles, o ya no eran voluntarios, o ya no tenían el ‘fighting spirit’ que los adornó durante siglos, y aquello tuvo mucho que ver con la demografía española del momento”.
El pesimismo de Rocroi está en la gran obra de Cánovas, su Carta Otorgada del 76, y, como dijo Maeztu, se nota: “Un optimista hubiera fundado la Restauración en la verdad. Un pesimista (Cánovas) prefirió fundarla en el falseamiento de las elecciones a base de caciquismo”.
De la Carta Otorgada del 76 a la Carta Otorgada del 78, por cierto, único texto sagrado reconocido por la España Oficial, donde hasta Lope de Vega, de quien ni un solo socialista sabría citar un verso, cede su puesto a Almudena Grandes, que a Sánchez le suena, y cuyo esposo le dedicó el verso más elevado de la literatura española, al decir del crítico titular del diario gubernamental: “Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi”. Canjear a Lope de Vega por Almudena Grandes es como canjear a Shakespeare por John Carlin, cosa que los ingleses andan lejos de hacer, entretenidos, como están, mirando al Sahara en unas maniobras militares con Marruecos y el Uncle Sam, nuestros hermanos.
–¡Viva Marruecos y viva España! ¡Somos hermanos! –tuiteó la TV de Bonilla en el Día de la Constitución, jornada feriada durante la cual se impidió a los españoles el paso a la Puerta del Sol, la de los héroes del 2 de Mayo, para que los marroquíes pudieran celebrar en paz su victoria catarí.
Gracias a la red social de Elon Musk, que sólo con esto justificaría su inversión, hemos podido saber que Bonilla es “presidente de todos los andaluces” (eso incluye a Griñán, que espera al indulto en casa con los “abajofirmantes” a modo de escudos humanos) “gracias a las personas que salieron a la calle con la bandera de Andalucía cuando yo tenía siete años”.
Imposible olvidar a José Gómez Romero, Dyango, y su “Ha sido bonito ser español”.
[Viernes, 9 de Diciembre]