No lea usted. Déjese guiar
Francisco Javier Gómez Izquierdo
"Que escándalo, que escándalo, he descubierto que aquí se juega" dice el capitán Renault en el garito de Rick, y una cosa parecida, pero sin desalojo de los locales ha ocurrido en Bruselas donde un juez belga ha descubierto otro "escándalo" que al europeo en general y al español en particular les hace sonreír como el arrebato de dignidad del gendarme francés que en la misma escena recibe "lo" de costumbre.
Dicen en la prensa que "el escándalo" es porque Catar da dineros para que los eurodiputados blanqueen el emirato. Será así si la prensa es unánime en el juicio, pero mientras veo el Mundial de Catar, veo también en los intermedios que hay unos anuncios que llevan el sello del Gobierno de España y que no sé cuántos euros ha costado montarlos y cuanto paga el Gobierno porque las empresas de comunicación los difundan a ritmo continuo e incesante. En uno de ellos sale una señora a la que quieren que veamos señoritinga que tiene una hija pianista y nos cuentan que es "mu remala" como otro con "gabardina facha" que no hay más que oírle cómo habla. Sentencia el anuncio a unos padres de familia de toda la vida a los que acusa con gratuitas ocurrencias e imaginaciones. Hay otro anuncio en el que se trata de drogadictos a los que calientan la casa, cuando no hace mucho los mismos que han encargado el anuncio manifestaban que iban a morir niños y ancianos por no poder pagar la calefacción cuatro veces más barata que se paga hoy. Dinero de impuestos que llega a televisiones y periódicos que a lo visto no persigue blanquear nada.
También hay otro muy repetido en el mundial del movistar en el que aparece gente de pueblo "mu maja", no hay más que ver su indumentaria, que va a "materializar sus sueños haciendo uso de los fondos europeos". Esta última publicidad tiene un gasto de cuatro millones de euros de los que no tengo claro si los pone el gobierno de Bruselas o el de Madrid y este gasto es el que me ha empujado a poner estas cuatro letras porque uno se da cuenta de cuánto personal está encantado de mantener gobiernos tan generosos.
Luego está el concepto de blanquear, que es cuestión de la que se ha hablado esta mañana en lo de Antonio y a la que el señor Rafael ha tratado de escándalo vergonzoso.