martes, 13 de diciembre de 2022

Pasar a la Historia


Louis C. K.

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Pedro Sánchez, que llegó a la presidencia del gobierno para combatir la corrupción “preveyéndola” (sic), quiere “pasar a la historia” porque ha leído en Ortega que “la historia es divertida”, y él puede poner en la mesa la gamberrada de haber desenterrado a Franco, cuyo nombre, al estilo de la viuda de Mao, ha prohibido en la Historia, que tiene de divertido las vueltas que da.


    –Si violo a la Historia, es para hacerle hijos hermosos –dejó dicho Dumas, aludiendo a lo de “la historia se escribe de noche”, en la cama, aunque, bien mirado, ¿qué hay de hermoso en profanar una tumba?


    El acto por el que Sánchez aspira a pasar a la Historia tuvo dos motivos: el histórico, un golpe de Estado, y el jurídico, que el muerto “no separó los poderes del Estado” en vida, argumento digno del mejor Louis C.K.

 
    En un interrogatorio en prisión a Joachim von Ribbentrop, el ministro de Exteriores de Hitler, Galbraith le preguntó su razón para, sin asomo de inteligencia, declarar la guerra a los Estados Unidos, a lo que el nazi replicó que Alemania se había visto obligada por las cláusulas de su tratado con Japón e Italia.


    –Entonces un joven ayudante bilingüe que estaba ocupándose de la traducción preguntó por su cuenta: “¿Por qué fue ese tratado el primero que decidieron respetar?”

 
    ¿Por qué el primer golpe de Estado del siglo XX en España que la izquierda se empeña en condenar es el del 36, que perdió, habiendo participado con Largo Caballero en los del 17, 23, 30 y 34? Con razón decía Bush Jr., con un CI un punto superior al de Sánchez, que “lo increíblemente emocionante de este trabajo es poner en marcha grandes cambios en la Historia”, y metió en la democracia a Iraq con el mismo desparpajo que Sánchez sacó de su tumba a Franco ante el desprecio de la Historia, pues se trataba de sacarlo vivo de El Pardo, no muerto de Cuelgamuros. ¿Cómo se llamaba el inglés que exhumó a Cromwell de la abadía de Westminter para someterlo a ejecución póstuma y destazarlo, reservándose la cabeza para adornar un poste? Hoy, porque “la Historia es divertida”, Cromwell tiene estatua en los Comunes, frente a un busto de Carlos I, al otro lado de la calle.


    Nadie captó como Burckhardt lo que los ingleses han acabado pensando de Cromwell: los que creen que sirven mejor a la nación si ponen al personaje por las nubes, obviando “ciertos puntos débiles” (su “pisoteo de los sentimientos liberales”); los que lo ven como un espíritu básicamente pío; los que reconocen al hipócrita y cazacoronas que había en él, mas como no pueden negarle talento y liderazgo la toman contra los ingleses de la época; los que lo explican como un personaje terrible en el sentido de que destruye lo que algún día podría interponerse en su camino, de Carlos I a los irlandeses…


    “Pasar a la Historia” es la forma que tiene el subconsciente de decir “la Historia me absolverá”, como Hitler en el 23 o Fidel en el 53.

[Martes, 6 de Diciembre]