jueves, 24 de febrero de 2022

El grano de mijo


Edmundo Bal en El guateque

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Quien se escandalice por el guirigay pepero de Génova, ese falansterio de “la Derechona” en venta, ignora la naturaleza del Estado de Partidos, un régimen de poder que se explica en los Soprano, para quienes, por edad, no quieran ponerse con Schmitt, el Oppenheimer de la ciencia del poder.
    

La irradiación de mil soles en el cielo, el esplendor del máximo poder… Soy la muerte, que destruye a los mundos –dijo Oppenheimer de su Proyecto Manthattan.
    

La España del 78, más modesta, se limita al reparto de las esquinas, del que ya está excluido Ciudadanos, al que sólo le queda el neón de “Liberales” en su fachada de las Ventas del Espíritu Santo. Ese neón es la perla del partido en la fábula de La Fontaine (deberes caseros para Villacís, ese personaje de Jardiel: ¿por qué La Fontaine era un hombre y George Sand una mujer?), aquella de un Gallo que, escarbando el suelo, encontró una Perla, y se la dio al primer lapidario que halló a mano:
 

Fina me parece –le dijo al dársela–, pero para mí vale más cualquier grano de mijo.
    

Vivimos una época liberalia, y se sabe porque es una época que nos quiere encarcelar a todos, bien porque te gusten los toros o porque no te dejes vacunar. Igual de liberalios que Casado son Trudeau, Macron y Draghi, un Lugosi al que nadie votó, pero que hace suya la tesis mussoliniana de “democracia organizada, autoritaria: la forma más pura de democracia”. Una época, ésta, en que todos preferimos el grano de mijo, y su icono es Edmundo Bal, parodia de Peter Sellers en “El guateque”: Bal es al que matan y matan y matan y él se incorpora y vuelve a tocar la corneta, hasta que, en un accidente, vuela el fuerte y se carga el rodaje.


    En la fábula de La Fontaine, Bal hace de ignorantón que heredó un manuscrito (el neón de “Liberales”) y lo llevó a empeñar al PP de Génova.
    

Paréceme cosa de mérito –le dice al tasador–, pero, para mí, vale más cualquier ducado.
    

Por la naturaleza del Régimen, el PP se debe a sus socios de la banda del 78, no a sus votantes.

[Jueves, 17 de Febrero]