miércoles, 25 de septiembre de 2019

Rarezas

Guy Verhofstadt, el rostro del liberalismo europeo


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El portavoz de los “liberales y demócratas europeos” es un belga muy feo (muy estudioso, por tanto) que atiende por Verhofstadt y que dice que nunca permitirán a Inglaterra “las ventajas del libre comercio”, lo cual resulta de un liberalismo y democratismo rarísimos:

    –¡Nunca permitiremos “Singapur junto al Mar del Norte”!
  
No dicen con qué Greta pararán los pies del libre comercio a los hijos de Hawkins y Drake. De momento todo el mundo le mira a Boris Johnson en los bolsillos (ya habría aparecido una novia antigua) por ver de voltear el referéndum que decidió el Brexit.
  
Es indudable que los Bonaparte han deshonrado, entre nosotros, el referéndum –dijo a Maurice Schumann, en Argel, De Gaulle, que defendía el referéndum como una institución francesa de democracia pura, lo cual, diría Pascal, es “verité au deçà des Pyrénées (hoy, Canal de la Mancha), erreur au delâ”.

    Porque aquí, otro general, Franco, que detestaba la democracia representativa, “porque divide”, promulgaba, sin embargo, en el 45, la ley de referéndum como garantía para la nación “contra el desvío que la historia política de los pueblos viene registrando, que en los asuntos de mayor trascendencia o interés público la voluntad de la nación puede ser suplantada por el juicio subjetivo de sus mandatarios”. Al falangista Fueyo aquel lenguaje le parecía digno de Sieyes, “si no fuera porque en realidad es digno del padre Suárez”. Pero los españoles, que no han oído hablar del padre Suárez ni del abate Sieyes, quieren hacer con Franco lo que los ingleses con Cromwell antes de ponerlo en el Parlamento: exhumarlo para decapitarlo.
  
Verhofstadt, en efecto, es feo, pero tampoco ha oído hablar ni del Doctor Eximius ni del Tercer Estado. De hecho suscribe los folios que lee Greta, la Saint-Just de la socialdemocracia, aquel ángel petulante que dijo que “el pueblo francés vota la libertad del mundo”. Si donde se dice “pueblo francés” decimos “escolares de la UE”, todo, ya ven, se habrá cumplido.