miércoles, 25 de septiembre de 2019

Los niños del Clima



Hughes
Abc

Las actitudes un poco amenazantes de Greta se han comparado con películas como “¿Quién puede matar a un niño?” o “Los Chicos del Maíz”. Sin duda. Pero a mí me recordaron especialmente a una película de los 60: “Village Of The Damned”, que tuvo un remake hace poco. El remake no lo vi, pero esta película sí.
 
En un pequeño pueblo inglés hay una conmoción general, de repente pierden la conciencia todos y despiertan sin más pasado el rato. Con un solo efecto: las mujeres están embarazadas. El pueblo asiste al fenómeno de ese embarazo colectivo y pasados los 9 meses comprueban que los niños se parecen: son todos rubios y con una mirada especial. Esto levanta las naturales suspicacias entre los varones del pueblo que dividen sus reacciones según su actitud hacia el progreso, el orgullo viril y su credulidad al fenómeno de la Inmaculada Concepcion. El más intelectual y avanzado de todos ellos observa el fenómeno con el mayor interés porque los niños demuestran ser endiabladamente listos. Como científico, eso tiene que estudiarlo. El científico se sobrepone al hombre.
 
Pasan los meses, los años, y los niños aprenden en una progresión geométrica. Son esponjas, son enormemente inteligentes y lo son de un modo especial. Entre ellos mantienen una conexión, como si todas sus mentes formaran un único gran cerebro (una especie de internet íntimo). Lo que sabe uno, lo saben todos. La unión generacional es absoluta: son una única inteligencia y tienen un único propósito (global, por cierto). Tan grande que los padres (padres putativos) se sienten amenazados. Los niños tienen ideas propias sobre cómo llevar las cosas, y ven a las generaciones anteriores como un obstáculo. Son el repelente niño Vicente de un modo un poco nazi. Planteado el conflicto, las actitudes de los adultos variarán según el grado en que valoren su supervivencia o el Progreso. Los niños podrían cambiar el mundo, pero también podrían dominarlo despóticamente.
 
Y hasta aquí puedo leer, como Mayra. No quiero destripar más de la película. Pero estos niños inteligentísimos y moralmente intratables sí tienen algo similar: han roto con cualquier vínculo generacional. Consideran que los mayores son seres inferiores moral e intelectualmente. Rémoras, obstáculos irritantes. Son como serían los robots emancipados de la singularidad, pero antes. ¡Avanzadilla de la sublevación robótica! No sienten ningún vínculo con el pasado tonto, inefectivo y suicida. Eso está roto y vienen a cambiar las cosas. Vienen de otro lugar, de otro sitio (esa conmoción fecundadora del inicio de la peli bien podría ser un cambio o ruptura tecnológica). Y no es que no tengan razón, es que la tienen demasiado. A estos efectos, daría lo mismo que lo supieran todo o que no supieran nada. Miran fijamente a los adultos y si son contrariados se cabrean, se ponen furiosos y se les encienden los ojos como si fueran a lanzar rayos repelentes en cualquier momento. Miren la foto. Piensen en la ONU.