jueves, 24 de septiembre de 2009

A FERNANDO CONDE



En la vida hay que dar muchas vueltas para llegar a oír hablar de uno así:
Ruiz Quintano. El elogio es abrumador, y te pone en un compromiso. ¿Cómo agradecer tanta generosidad? Amigo Fernando, no creo en el genio de los deseos, pero sí en el de los lugares: Burgos, la escuela del mapa, la cruz y la estufa, el verano y el río, el incienso y el muerto, el nido y el latín, Cortés y Bernal Díaz del Castillo (nada que ver con Pilar, loca por el fútbol), la piedra, el frontón, las grajillas, el frufrú del cierzo... Y a ver qué hago yo ahora para que mis ocurrencias no se te caigan de las manos ni de la gracia. Que un hada nos conceda el don de abrir cualquier diccionario justamente en la página donde se hallaba la palabra buscada. Un abrazo.