lunes, 8 de noviembre de 2010

Adiós

Se ha ido el papa.

Parece que su visita ha sido un éxito. Lo confirma la alegría de los católicos. Pero independientemente de lo que haya supuesto para estos, los que nos dedicamos a mirar al mundo hemos dispuesto de una oportunidad fascinante para practicar el oteo. Ha sido fascinante, por ejemplo, escuchar las voces de quienes gritaban que no lo esperaban, tratándolo como a un pariente lejano muy venido a menos con el que da un poco de vergüenza relacionarse. Han hecho bien en dejarle rotundamente claro al mundo su condición de nuevos ricos ideológicos con todos sus ahorros depositados en la banca del poscristianismo...

En El Café de Ocata