lunes, 22 de noviembre de 2010

De funcionarios

Restos de la llamada de los sindicatos de clase

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Imagino que serán ustedes conocedores de las broncas que los funcionarios andaluces dedican al señor José Antonio –“llamadme Pepe”- Griñán y a sus Consejeros cada vez que salen de promoción. Los funcionarios descontentos no tienen que agradecer nada a los barandas de la Junta de Andalucía, pues hubo un tiempo en el que estudiaron lo suyo y se presentaron a una oposición. La aprobaron y ocuparon un puesto de trabajo en la Administración. A esos funcionarios se les llama “de carrera” y lo son de acuerdo a lo que la Constitución reclama para ser trabajador público. A los partidos políticos con poder suelen acercarse muchos aventureros ansiosos por agradecer algo y los responsables de aquellos, atribuyéndose poderes de santo, cantan a sus allegados la vieja jota castellana:

-...Arrímate niña, que soy San Roque, y si viene la peste que no te toque...

Así, y según repetidas informaciones de prensa, se han encontrado con 25.000 trabajadores que huyeron de la peste y se refugiaron bajo el manto de San Roque, al que como ustedes saben se le representa con un perro fiel a sus pies.

El nuevo proletariado logsiano

Los funcionarios de carrera se han molestado mucho, porque esos 25.000 agradecidos van a ser igual que ellos por decreto ley. Sin oposición. Porque sí. Estos contratados a dedo han votado en muchas elecciones. Autonómicas y sindicales. Ugt y CCOO les han dado muchos cursos, por supuesto financiados, y les prometieron defender “su puesto” de trabajo. Y en verdad lo han hecho. En la prensa enredan mucho con que si decretos, leyes y reglamentos. Para mejor entender este particular modo de hacer de la Junta de Andalucía y que la señora o señorita Mar Moreno -la tenaz perseguidora de los alumnos brillantes- defiende con el demoledor argumento de “...¿Quién dice que sólo se puede entrar de funcionario por oposición?”, pongamos un ejemplo:

El alcalde de un pueblo contrata durante cinco o seis meses -tal que de mayo a octubre- a 20 paisanos para “los fuegos”. Por lo general contrata a los que le votan. La Junta de Andalucía los pone a las órdenes de los Agentes Forestales y la cuadrilla realiza las tareas con ánimo de volver a ser contratada la siguiente temporada. Al tercer año, y animados por sindicalistas “de clase”, que les dan cursillos de salud laboral, higiene en el trabajo, y materias afines, solicitan más meses de contratación y que como son necesarios... ya puestos, que “les hagan plantilla”. A la señora o señorita Mar Moreno -la que gusta de recompensar a los alumnos con suspensos- y a Don “Pepe” Griñán les parece fantástico y se sacan de la manga un Decreto, al que los funcionarios conforme a ley les parece un “Decretazo”. Por supuesto, hechos ya fijos “los de los fuegos”, tratan al Agente Forestal de negrero y se niegan a hacer todo aquello que no sea apagar fuego.

Yo creo que los que mandan en Andalucía, acostumbrados al amén, no calcularon como merecía su último desatino, a pesar de la ayuda de los sindicalistas, que consienten en recibir dinero presupuestado para los hambrientos de Mali, demostrando una encomiable solidaridad. Un jefe de Ugt no tuvo reparo en manifestar que los funcionarios de carrera que pitan con silbatos de 1ª división a don Pepe y a doña Mar sólo les faltan los correajes y las cadenas, que son fascistas..., y las idioteces típicas y tópicas entre individuos sin ninguna ilustración.
El jefe de Ugt debe saber que los funcionarios de carrera tienen su orgullo, y que por lo general saben escribir correctamente expediente y excedente y distinguen una huelga de una juerga...

Doña Mar, la más nefasta consejera de Educación
que vieron los siglos
"¿Quién dice que sólo se puede entrar de funcionario por oposición?"