lunes, 11 de marzo de 2024

En Barbate


Para dar una información



Francisco Javier Gómez Izquierdo


        Vuelvo a Barbate y encuentro al pueblo quejoso y apesadumbrado con la fama que está cogiendo. Me dice Miguel que "...unos pocos nos están echando a perder, ya tú sabes". La Guardia Civil localiza a esos pocos en la barriada junto al pinar y al propio cuartel y allí ha mandado el ministro Marlaska "unos pocos de pátroles para controlar las entradas y salidas de los bloques blancos".


 Los vehículos y el grupo de guardiaciviles de refuerzo se personaron el mismo miércoles tras otra de las trastadas insolentes de "los pocos" ante el cuartel. De camino a Jerez por la tarde, a Paco le ordenan parar con la mano, pero al acercarnos y vernos el careto, el guardia emite un "sigan, sigan" absolutorio que nos complace. En la Oliva hay un todo terreno con las puertas abiertas y tres veinteañeros enseñando la documentación a una escuadra de la Benemérita. A la vuelta, tres guardias vestidos de faena con boina y los fusiles apuntando hacia abajo examinan la maniobra de aparcamiento y tras apearnos nos miran con amabilidad dándonos las buenas noches. "Algo están buscando" dice alguien en lo de Juan José, pero uno cree que la presencia policial busca frenar la chulería de "los pocos" que retan a la autoridad por unos días y de aquí a un mes seguirá cada cual con sus faenas y afanes.


         En el lado oscuro de Barbate hay individuos que tienen que convivir, porque no les queda mas remedio, con la mala gente. Se les revuelven las tripas o les quema la conciencia y se sienten en la obligación de hacer algo por el pueblo, denunciando a base de anónimos los usos de los malos. Llaman la atención unas cuantas pintadas que señalan puestos de vigilancia de los "puntos" y hasta el sueldo de los más "pringaos" , los que se disculpan con "el buscarse la vida". A los pocos días, al denunciante que escribe con mayúsculas le ha salido otro escribidor de paredes que lo hace con minúsculas y uno piensa que cualquier día van a coincidir los dos en la tienda de los botes de pintura y será lo que Dios o el demonio quieran. Barbate en general vive lejos de "los pocos". No trata con ellos. No hay implicaciones como no sólo se ven, sino que también se sienten en La Línea, Algeciras o Sotogrande pero Barbate corre peligro porque allá al otro lado, a veinte kilómetros "no hay miedo ni reparo" en cargar y es cosa que da mucho dinero. "Y a lo que da dinero, por sucio que éste sea, son muchas las manos que se acercan".