miércoles, 30 de marzo de 2022

La ITV

 

 

Francisco Javier Gómez Izquierdo

     
            Hace unos días estuvo en candelero un buen señor jubilado harto de que le tomen por tonto en los bancos. Es la voz de unos mayores a los que se les empuja a aprender con carácter obligatorio unos conocimientos para los que la sesera ya no da de sí por muchas razones de innecesaria explicación. Una persona que entra en los sesenta y de ahí para arriba no retiene números, nombres ni por supuesto conceptos como un mozo de quince. Mi madre, camino de los 93, no ha usado nunca un cajero automático, no entiende nada de tarjetas, ni de teléfonos, ni de todas esas modernidades que trae el progreso. A mi madre las gestiones informáticas fáciles se las hacemos los hijos, pero de su perfecta ejecución nunca estamos seguros, porque un servidor sin ir mas lejos es de natural torpe en semejantes menesteres. Gracias a Dios, los asuntos de mi madre con el dinero del banco son de tal simpleza que hasta son comprensibles para un servidor.


         El personal que gobierna no contempla que ciudadanos mucho más jóvenes que mi madre, solteros ó casados, lo mismo da, pero renegados con la informática, se tomen la libertad de no tener tarjetas electrónicas por su infinita desconfianza a semejantes artilugios aparte de su natural torpeza ante cualquier pantalla que pregunta cosas comprometidas. De pagar con móvil y demás insensateces, mejor no hablo porque entre otras cosas ni sé ni quiero aprender, pero de las cosas que son capaces de hacer muchos, pero muchos muchos con el internet, algo he leído.
     

Jesús, un soltero que toma café temprano en lo de Antonio, me ha pedido que le acompañe a la ITV para que le pague el recibo con mi tarjeta y el me da el dinero en mano. El año pasado, en la última revisión pagué en efectivo, pero no sé desde cuándo la ITV de Córdoba, no sé si pasará lo mismo en el resto de España, no acepta dinero. Es obligatorio pagar con tarjeta en el lugar de la revisión o llevar un abono bancario hecho por ventanilla en tu banco. Es decir, a todo aquél que procura ser legal y "tener sus cosas correctas" sin dar cuentas a nadie, los nuevos usos del siglo lo hunden en inquietantes zozobras y depresivas desazones.
    

 "Primero te ponen un cencerro para que todo el mundo sepa por dónde vas, luego te pasan una cuerda por el cuello para que no te escapes y sin que te des cuenta cómo, te encuentras de repente en un cerradero de ganado y en vez de darte explicaciones resulta que te piden dinero". Así habla Jesús porque al intentar llevar pagado el recibo de la ITV en la ventanilla del banco le ha dicho el cajero que le tenían que cobrar dos euros por el servicio. "Se llevan 120 euros al año por mantenimiento de la cuenta y si quieres hacer una tontería como ésta te cobran también. Me ha dado un coraje que no te puedes imaginar ¡¡me iba a dar algo!! Total... que no he sacado el recibo. Acompáñame y te invito a almorzar. Me va a salir más caro, pero no me roban a ojos vistas".
        

Iba a poner algo de Luis Enrique, pero la mañana ha salido así. Con asuntos preocupantes.