viernes, 11 de marzo de 2022

Cancelar a Dostoyevski

Ilustración de Javier de Juan

Abc, 1988

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Giovanna Iannantuoni indulta a Dostoyevski.

 

Iannantuoni dirige la universidad Milano-Bicocca que había cancelado a Dostoyevski, no por su sueño de Dresde, que asusta un poco, sino “por ruso y por Ucrania, yatusabes”, que es como si Roma hubiera cancelado el Cervantes porque Aznar democratizó Iraq fumándose un puro con los pies en la mesa de Bush, o como si Madrid cancelara a Dante porque Mussolini cantó “Facceta Nera” en Abisinia. ¿El Dante cuya justificación es el terceto o el terceto cuya justificación es el Dante?


    Esta cultura de la cancelación no es de raíz americana, sino europea: el continente se pasó los siglos cancelando a los judíos por deicidas, pues “mataron a Nuestro Señor”. Pero somos gente de comercio, no de guerra, como se ve en la “defensa” que le prestamos a la Ucrania invadida por un país hecho al despotismo, aunque tampoco mucho más que los nuestros: los rusos, observó Custine, han refinado el miedo; le prestan la máscara del amor.


    Lo de Ucrania con el Mundo Libre sería como si fueras vecino de Tyson que un día se amosca porque pones la música más alta y baja a tu casa para darte una paliza; tú alertas a los vecinos, que llaman a la policía y la policía te da unos guantes de dieciséis onzas para que te defiendas, mientras los vecinos te animan desde el rellano de la escalera, y los más líricos, que suelen ser los más tontos, improvisan epinicios de Píndaro a Hagesídamo y odas de Machado a Líster que emocionan a toda la comunidad; y tú en el suelo, esperando a que algún voluntario entre a quitarte de encima al Iron Man, que desde luego no es el de los ochenta, pero que conserva un uno-dos de categoría; los comerciales de las compañías de seguridad acuden al jaleo de la escalera; cuando el agresor, ahíto, se vaya, todos los vecinos habrán adquirido su aparato de alarma anti Tyson para poder leer tranquilos en casa “Los demonios” de Dostoyevski, cuyo problema, dice Arendt, no es si Dios existe; es si se puede vivir sin creer en Dios.

[Viernes, 4 de Marzo]