miércoles, 2 de marzo de 2022

El paraguas


Marte

  

Hughes

Abc

 Vamos conociendo más de Ucrania: su complejidad, su diversidad, su sufrimiento con Stalin y los nazis, como un resumen vivo de la IIGM, una república nacida de los soviéticos y forjada contra ellos. No solo es compleja, también nos parece delicada, un pequeño avispero. ¿Se ha manejado con el debido cuidado?

La UE iba a acabar con las guerras en Europa, pero ya hemos visto destruir Yugoslavia y Ucrania. En la primera no estaba Putin y se culpó al nacionalismo, aunque había nacionalismo en unos y otros, ¿o no lo hay en Ucrania?

Ucrania no ha sido protegida, y tampoco se garantizó la seguridad rusa, una petición concreta (neutralidad) de la que muchos o por los menos algunos avisaron. Hay correos de embajadores, informes, conferencias: «Ucrania dará problemas». Los americanos lo sabían.
Pero es Putin quien ataca, dirán. Por supuesto. Concedamos que Putin, como dijo Borrell, encarna «las fuerzas del mal», que está loco y a la vez ejecuta un sueño imperial. Si todo eso es cierto, extraña aun más la poca precaución con Ucrania, que ayer Hillary Clinton comparaba con Afganistán, donde hubo «una insurgencia muy motivada, financiada y armada que echó a los rusos». Talibanizar Ucrania. ¿Era eso?

Tras prometer aviones de combate y generar un lío que obligó a aclaraciones del presidente polaco y del secretario general de la OTAN, Borrell dio en Estrasburgo un discurso que partió de la pandemia («nos dio unidad»). Putin y el Covid provocan un momento fundante. El filósofo Javier Gomá señaló que gracias a esta guerra Europa encuentra su demos. ¿Hemos sido un kratos sin demos? ¿Qué nombre tiene eso?

Europa cambia su paradigma en una semana, sin perder lo que ya apuntaba: cancelan a artistas que no condenan la guerra, en Chequia será delito defender la postura de Rusia, e Italia normaliza el estado de emergencia. El resultado (pongamos que indeseado) del imperialismo liberal se solapa con el totalitarismo liberal. ¿No estarán relacionados? Bajo el paraguas omnipotente de la OTAN se han degradado categorías de la política y se ha extendido una forma de actuar, una irresponsabilidad.