SEVERO OCHOA
1905-1993
Severo Ochoa fue distinguido en 1959 con el Nobel de Medicina por su
descubrimiento de la “piedra Roseta” de la clave genética: “Yo iba tras
una cosa cuando surgió la síntesis de uno de los compuestos esenciales
de la vida, el ácido ribonucleico.” Dalí, compañero suyo de la
Residencia de Estudiantes, le pintó un cuadro con la siguiente
explicación: “Dios no juega a los dados, dijo Albert Einstein mucho
antes del descubrimiento de la escalera de ADN, por cuyos escalones
viajan los ángeles en el sueño de Jacob que yo tuve la noche antes de
dibujar el cuadro para Severo Ochoa: ellos simbolizan los mensajeros
genéticos o moléculas de polinucleóticos que fueron sintetizados por
primera vez en el laboratorio de Severo Ochoa. Aunque yo no soy un
científico, debo confesar que los eventos científicos son los únicos que
guían constantemente mi imaginación.” Dios, tenía dicho Platón, sólo
hace Geometría.
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)