viernes, 7 de mayo de 2021

Azares madrileños


Ockham

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Vas a Correos a enviar a tu ex los papeles del divorcio y vuelves con un resguardo de voto en las elecciones madrileñas como los que despachaba Sleepy Joe en Wisconsin.


    Lo peor no es que, siendo abstencionario de toda la vida, Correos te registre como votante; lo peor es que en la cola puedes coincidir con algún paciente del doctor Esquerdo que envía balas de Cetme y navajas de Ockham a los ministros.
   

 –Poder cambiar de pareja y no encontrártela nunca más –define Ayuso la “libertad a la madrileña”, justo el día que Olona va a un restaurante y se da de bruces con su ex.
    

Hoy, vivir en Madrid es como vivir en un bombo de lotería que gira del bracillo de un niño de San Ildefonso. Ahora entiendo a ese personaje de Dostoyevski que probaba su fortuna abriendo un libro al azar y leyendo en la página de la derecha los tres primeros renglones:
    

Tout est pour le mieux dans le meilleur des mondes possibles.
    

A mí un día, en vez del “Cándido” de Voltaire, me salió una empresa de Varsavsky que te saca el ADN y lo que haya alrededor: el tú y tus circunstancias, que no es una idea de Ortega, sino de Stirner. Sólo has de comprar un kit de su tienda online y escupir como Simeone en un tubito como el que Collin Powell, ante el arrobo de Ana Palacio, mostraba en la Onu para ir a la guerra de Mesopotamia; luego vas a Correos, mandas de vuelta el tubito, te llevas un resguardo de voto obsequio de la Casa de Correos (propiedad no del Estado, sino del Gobierno, aclara Wikipedia), y en 6-8 semanas puedes acceder a tu cuenta y empezar a investigar tu ADN, que es como yo descubrí que mi haplogrupo paterno se remonta a un hombre que vivió hace menos de 17.000 años, tiempo a todas luces insuficiente para la eclosión de una elegancia.


    ¿Qué sería de aquella jueza que ordenó la exhumación de Dalí por una demanda de paternidad de alguien que no buscaba dinero (“sólo una sonrisa en mi madre”), pero que rompió la cadera mitocondrial de Gala, “principio y fin de todas las cosas”?

[Viernes, 30 de Abril]