EUGÈNE IONESCO
1912-1994
Eugène Ionesco, fundador del teatro del absurdo, decía deber mucho a un
estafador, Kerz, que quebró el día de la última representación de Rinoceronte
en Nueva York, lo que le proporcionó la suma de cuarenta mil dólares en
1940, pero que le hizo famoso en los Estados Unidos. “Toda mi obra es
política y metafísica. No ha servido a nada ni a nadie. Ni siquiera a mí
mismo. No tengo respuesta a nada.” Y escribió: “Dios mío, haz que crea
en Ti”. Decía: “Se viene a la Tierra para vivir. Se viene para
debilitarse y morir. Se vive niño, se crece, muy pronto se comienza a
envejecer y, sin embargo, es difícil imaginarse un mundo sin Dios. ¿Qué
ha hecho Dios con todos los hijos y los animales que quitó a Job? Sin
embargo, creo en Dios a pesar de todo, porque creo en el mal. Si hay
mal, hay también Dios.”
IGNACIO RUIZ QUINTANO
(Del libro Serán ceniza, mas tendrá sentido / Ediciones Luca de Tena, 2006)