Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Desde los locos 80 en que Leopoldo María Panero me remitía desde Mondragón sus folios para el “Gente y aparte” de ABC (“El nido del cuco”, era su sección), no había leído uno tantas cosas sobre la locura como hoy, a propósito de un diputado pepero (jacobino, diría Cayetana) que dijo “vete al médico” al becario black Errejón, que pedía psiquiatras al sanchismo para luchar contra los suicidios de la pandemia.
Para acabar con los curas, que se ocupan del alma, cambiaron el alma por la psique, y ahora tienen que contratar psiquiatras, que cobran el doble. De guía para ir del padre Ángel al profesor Rojas se ha ofrecido Errejón, que no es Churchill (para los nuevos: “el hombre que identificó mentalmente la noción de ser libre con la noción de ser inglés”) para defenderse de las pullas parlamentarias.
–Winston, está usted borracho –le dijo a Churchill en el 46 la laborista Bessie Braddock.
–Señora –replicó Churchill–, usted es fea, y yo mañana por la mañana estaré sobrio.
En la peluquería de Ferreras creen que el “vete al médico” del jacobino anónimo a Errejón es el mayor de los insultos a la Democracia, y tienen a sus cuzcos buscando al Zaratustra pepero que, al proferirlo, nos inoculó la locura a todos. ¡El ambiente no puede ser más Thomas Bernhard! Un relato de Bernhard, pero pasado por los Lindo.
Para Bernhard, la melancolía y el hastío son las características más acusadas del ser humano. Y marzo y abril, “los meses en los que fallecían la mayoría de los enfermos de pulmón”. Y en Salzburgo, “por su humedad, llueven los suicidas”, en el otoño, al comienzo del colegio.
–La época de aprender y estudiar es, principalmente, una época de pensar en el suicidio, y quien lo niega, lo ha olvidado todo.
Errejón no olvida: está en la época de aprender y estudiar, y piensa en el suicidio, el único problema filosófico, visto por Camus. A Bernhard, que nada dice haber admirado más durante toda su vida que a los suicidas, sólo lo salva del suicidio su “desvergonzada curiosidad”.
[Viernes, 19 de Marzo]