lunes, 15 de marzo de 2021

Derby de cenizas

 

@polinitito

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Sin diversión no hay juego, es la moraleja del Gobierno de España en la publicidad de las casas de apuestas. El fútbol está sobre el tapete, no sobre el césped. El Atlético de Simeone y el Real de Zidane (sin juego no hay diversión) se chamuscan en el Wanda con un empate a uno en su derby a beneficio del Barcelona de Koeman.
    

Serán ceniza, mas tendrá sentido, dice Quevedo. (“Su cuerpo dejará, no su cuidado; / Serán ceniza, mas tendrá sentido; / Polvo serán, mas polvo enamorado”). Este Quevedo es el título que escogió Mingote, alcalde honorario del Retiro, para su libro de esquelas mortuorias en ABC. Almeida, “abogao del Estao” y alcalde de Madrid, que hizo el saque de honor en el Wanda, para el instante supremo de la vida, que es la muerte, prefiere a Futre, la perla portuguesa del gilismo. Gil decía “Fiutre”, y a cambio, Futre decía “futebol”. Fue una época divertida.
    

Que esparzan mis cenizas en la banda izquierda del Manzanares, el sector donde jugaba Futre –dice Almeida.


    Y lo dice en el magazine de Motos, el gagman de España, que cae bien porque vive de comer palitos de merluza. Desde los mano a mano de Ayer y el padre Copleston en la BBC, y eso era en los 50, no se había vuelto a ver nada igual en el mundo cultural. Después de todo, cultura no es otra cosa que religión (para Quevedo, las cenizas) y arte (para el alcalde, el fútbol de Futre). La cultura nace del culto a los muertos, que es un culto tribal (religión). Religión y política van unidas (lo político proviene de lo sagrado para preservar el orden natural). La religión está referida a la libertad interior, y la política, a la libertad exterior. Que el alcalde de la derecha madrileña proyecte su mastaba en la banda izquierda de un campo de fútbol nos pone en la pista de una teología geométrica que desemboca en la locura de Hermes Trismegisto: Casado proclama el globalismo (nada que ver con la globalización) como ideología oficial de la derecha, y su portavoz, Almeida, se retrata con la zamarra del Atleti para componernos el Corpus Hermeticum, entre cuyos axiomas, al parecer, todavía regatea Futre: el paganismo se convierte en cristianismo, y la derecha, en centro.
   

Con Almeida, Madrid Central se acaba el 26 de Mayo –proclamaba la propaganda electoral de Almeida en las elecciones.
    

Madrid Central es una “centralidad sostenible” que después de aquel 26 de mayo no sólo no se acabó, sino que dobló su tamaño, circunstancia que lleva al contribuyente madrileño a “empatizar” con las lágrimas de Futre, que no está solo cuando llora al oír al alcalde esparcir sus cenizas.


    Berlanga se dio un día de bruces en Barajas con un viejo amigo de quien lo último que había sabido era que su esposa andaba delicada de salud, y entonces le preguntó por ella:


    –Precisamente aquí la llevo –le dijo su amigo. Y le mostró una bolsa de grandes almacenes que llevaba en la mano donde iban las cenizas.
    

Berlanga se propuso rodar una historia a partir de esa escena, pero los años se le echaban encima, Azcona ya no estaba para escribirla y nos quedamos sin verla. Hoy el señorín de la bolsa sería Simeone, llevando la Liga en ella, y no por culpa de Zidane, que no molesta a nadie.


    Simeone y Zidane visten de negro, como humoristas catalanes, y juegan al pie. Simeone es como el Wenger de aquí, eterno y perdedor. Zidane es la broma de Lucas Vázquez, que se mueve como un repartidor de Amazon con “bonus” y se peina con un guiño a Sid Vicous. “Zidane recupera adeptos”, dice un locutor, que quiere decir que recupera lesionados. Gran gol de Suárez (despedido por Koeman)  y gran jugada de Llorente (despedido por Zidane). Cenizas sin sentido. Pelea en el VAR: González González contra Hernández Hernández, que bacigalupea con el pnalty de Felipe. ¿Cuántos penaltis sin pitar de Felipe nos comimos en los 80/90? Guti ameniza el descanso: cada día se parece más al Felipe IV de Velázquez. Courtois, que va al entrenamiento en Rolls, salva en dos ocasiones a Zidane, que pone a Casemiro a hacer de Talín Alexanco. Correa, que es muy malo, falla como con el Levante, pero corre como gusta a Simeone, que tiene a Joao Félix en el vinagre de los boquerones. Joao Félix no ganará la Liga. Pero Simeone tampoco.



Sid Vicious


UN ROLLS EN VALDEBEBAS


    Si Courtois acude a Valdebebas en un Rolls Royce porque ha vivido en Londres, Isco debería hacerlo en coche de punto porque ha vivido en Málaga. Todo el poder hortera del mundo se concentra hoy en el fútbol, y Courtois, en efecto, va a entrenarse a Valdebebas en Rolls, que es un coche que yo he visto aparcado en Londres con una tranca en el volante, pero que, en general, le pega más a un rey que a un portero de fútbol, aunque sea el portero del Real Madrid. Desde luego, Courtois, subido a ese auto, parece más De Gaulle que nunca (ya sabemos que De Gaulle se movía en un “Tiburón”), pero en la idea que uno tiene del glamour un Rolls debe oler a ginebra con alguna baya de enebro, no a linimento y calzón sudado. Y como existe la justicia poética, Courtois entró el otro día a Valdebebas en su Rolls y el Rolls salió… ¡en grúa!, pero no la municipal de Almeida, sino la del seguro del taller. Hay que ser lúser.

[Lunes, 8 de Marzo]