jueves, 27 de junio de 2019

Proporción

Weimar
Dos pestes del siglo XX: la Bauhaus y el Estado de Partidos


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

De tener algún sentido la tautología “Estado de Derecho”, absurda como un zapato impar (el otro zapato impar es el “liberalismo progresista” de C’s), sería la de designar retóricamente un Estado cuyo gobernantes respetan sus propias leyes, que, desde luego, no es el caso de España, ni en el menudo.

El Psoe vetará en todas las comisiones del Congreso a Vox, que quiere ocupar puestos proporcionalmente a sus escaños –titula su ración de menudo el diario gubernamental.
¡Ah, la proporción! Sólo con la proporción se consigue la belleza (“la proporcionalità solamente fa pulchritudine”), dijeron los italianos del Quattrocento. Sólo con la proporción se sostienen los oligarcas, pensaron los alemanes de Weimar, y adoptaron la representación que, según ellos mismos, acababa con cualquier atisbo de representación ciudadana: la representación proporcional de listas de partido; en su lenguaje, “la integración de las masas en el Estado”. Técnicamente, la subordinación del legislativo al ejecutivo, como Russell resumió en una aduana americana el fascismo, cosa que ya sabían los americanos, pero habían ganado la guerra, Europa era una ruina y querían garantizarse no tener que volver en una generación a Normandía, por lo que, mediante juristas y propaganda, nos montaron “este Estado de Partidos que con tanto trabajo nos hemos dado”.

Aquí, Fraga, que venía de Londres, exigía sistema mayoritario, pero González, caballo de la socialdemocracia alemana, a cambio de renunciar a la broma de la República, impuso este sistema proporcional que Vox invoca para lo suyo.
El sistema asegura a cada partido político o grupo de opinión una representación, si no matemática, cuando menos sensiblemente ajustada a su importancia –decía en el 81 el TC que presidía Manuel García Pelayo, propagandista en España del sistema inventado por un telegrafista inglés para resolver el problema electoral de un continente despoblado como Australia.

Y los tertulianos hablando de “bipartidismo”.